Los hackers del Kremlin

AutorMarco Appel

BRUSELAS.- Añapa es un balneario turístico ruso de la costa norte del Mar Negro, nombrado Ciudad de Gloria Militar por el presidente Vladimir Putin. En el número 120 de la calle Lermontova se levanta un alto edificio de lujosos departamentos, que muy pocos pueden pagar. Uno de sus inquilinos fue Evgenyv Bogachev, el cibercriminal más buscado por el estadunidense Buró Federal de Investigación (FBI) y por quien ofrece desde febrero de 2015 una recompensa de 3 millones de dólares.

A sus 31 años, Bogachev vivía tranquilamente en ese soleado destino de playa con su esposa Alona y una hija de nueve años. Aparentemente era propietario de un yate, aunque manejaba un viejo Volvo, con una etiqueta en la defensa anunciando sus servicios de "reparación de computadoras".

Es irónico: hay una estación de policía a menos de 200 metros del condominio que habitaba Bogachev.

Éste aparece entre las personas y entidades sancionadas el pasado 29 de diciembre por el presidente Barack Oba-ma como respuesta a las operaciones de hackeo rusas que identificaron el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional contra la campaña de la candidata demócrata Hillary Clinton, las cuales, según esas agencias, habrían buscado inñuir en el resultado de la elección presidencial que ganó el republicano Donald Trump, quien simplemente considera "ridiculas" tales aseveraciones.

Oficialmente a Bogachev se le incluyó en ese grupo por sus cuentas pendientes con la justicia estadunidense, principalmente por ser el responsable de propagar desde 2011 uno de los virus informáticos más peligrosos de la historia, el GameOver Zeus o GOZ, con el que extrajo más de 100 millones de dólares de bancos tan sólo en Estados Unidos. Sobre él pesan cargos como actividad mañosa, fraude bancario, fraude informático, conspiración o lavado de dinero.

En principio, el presunto delincuente informático no está implicado en el hackeo a los demócratas, pero su caso muestra la existencia de una zona gris en la cual se han movido desde hace décadas los hackers rusos y que ha colocado a Rusia como una superpotencia cibercriminal, coinciden las más grandes compañías de seguridad de internet.

La ubicación física de Bogachev no era secreta. A mediados de 2014 el diario británico The Telegraph tuvo acceso al expediente de la acusación estadunidense contra él, donde se incluía su dirección en Añapa. Una periodista incluso fue enviada a la localidad rusa, donde interrogó a algunos de los vecinos de Bogachev, quien se mudó súbitamente en mayo de ese año, apenas dos...

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