Hacia 2018

AutorJesús Cantú

Al revisar los resultados en las elecciones estatales de los dos últimos años y tomando los porcentajes de participación en relación con las votaciones totales -es decir, incluyendo los votos nulos, por candidatos no registrados e independientes- resulta que el PRI sigue siendo el partido más votado, seguido por el PAN, apenas unos tres puntos atrás. Pero en tercer lugar, y ya muy consolidado, aparece Morena, cinco puntos debajo del panismo. En un lejano cuarto lugar está el PRD. Los otros cinco partidos en realidad han luchado por alcanzar el 3% de los votos requeridos para mantener su registro; de hecho, ninguno lo logró en ninguna de las cuatro entidades donde hubo elecciones este año.

En 2016 hubo comicios en 12 estados y el PAN logró consolidarse como la primera fuerza a escala nacional, menos de un punto porcentual por encima del PRI, y en tercer lugar apareció Morena, que desplazó al PRD al cuarto lugar. Este año, el priismo recuperó el primer lugar, pero Morena se colocó en el segundo, menos de dos puntos porcentuales por debajo del partido oficialista, y el PAN se ubicó en el tercer sitio.

De las tres entidades en las que hubo elección de gobernador, en la única en la que una coalición fue decisiva para el triunfo -de acuerdo con información oficial- fue en el Estado de México, pues en Coahuila el PRI, sin necesidad de los votos de sus aliados, aventajó al panismo, y en Nayarit el PAN superó al PRI aun sin el apoyo perredista.

El caso mexiquense es muy interesante, porque como partido Morena supera al PRI, pero son los votos obtenidos por los aliados priistas los que le permitieron al oficialismo conseguir la victoria. Ahora bien, si se hubiese logrado la alianza de la izquierda (Morena, PRD y PT, que fueron los que postularon candidato a gobernador), la coalición hubiese alcanzado la mitad de los votos. En cambio, si el PRD y el PAN se hubiesen unido, habrían estado en la pelea, pero todo indica que no hubiera sido suficiente para ganar: la votación se habría dividido en tercios.

Las elecciones estatales de 2016 colocaron al PAN como la fuerza política a vencer, pero las de 2017 arrojaron una nueva conformación, principalmente, por lo que sucedió en el Estado de México (que representa más de 13% del padrón electoral). Esta pugna relanzó a Morena y "revivió" al PRD. A pesar de todos los escándalos y las gubernaturas perdidas, el PRI logra mantenerse con alrededor de la cuarta parte de las preferencias electorales; Morena y el PAN...

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