¿Qué hacer ante "fake news", posverdades y manipulación informativa?

AutorErnesto Villanueva

Primero. De entrada, el primer problema es el déficit de alfabetización mediática de la audiencia promedio y, con mayor razón, de la alfabetización digital. El que no puede lo menos no puede lo más. La ausencia de filtros culturales de control de calidad genera que los mensajes que llegan a las personas -a través de páginas en internet, de las redes sociales y de otras plataformas digitales- encuentren terreno fértil para que prenda una fake new (noticia falsa) o posverdad (mezcla de mentira con verdad), dando vida así a la manipulación informativa. Los medios tradicionales ya dejaron de ser las únicas fuentes de información y ahora las nuevas tecnologías han generado una descentralización con las ventajas de que cada quien puede ser un medio, pero también un difusor de fake news por interés, por ignorancia o por las dos cosas. Lo grave es que la información manipulada no llega de un desconocido a la gente, sino de un amigo, de un pariente, de un hijo, quienes hacen las veces de poleas involuntarias de transmisión de estos mensajes. El quid reside en cómo transitar con programas medibles para generar un cambio cultural y educativo en este sector que ha estado (lo sigue estando) a la zaga.

Segundo. Si bien las plataformas no son enteramente responsables de la manipulación informativa como si se tratara de una política pública interna de ellas, los mecanismos de control con que cuentan pueden fortalecerse. En efecto, las plataformas que se utilizan en México tienen códigos de conducta voluntarios y, por ello mismo, pueden o no ser eficaces. En países como Alemania han adoptado sistemas mixtos de lo que se denomina autorregulación-regulada, que es un punto intermedio entre la libertad absoluta de las plataformas y la injerencia de la ley que tiene siempre el riesgo de la censura y del eventual abuso. En ese país europeo cada actor de la industria digital tiene la obligación de generar y obligarse a respetar su propio código de ética, cuyo contenido lo crea en entera libertad, y designa a alguien como responsable de hacer cumplir esa normativa. Si omite en cumplir esta obligación de modo subsidiario, entra el Estado y hace válido el código usualmente aceptado en la industria digital y nombra a un responsable cuyo salario corre a cargo de la empresa obligada. En México no existe regulación ni un sistema de autorregulación-regulada, lo que se traduce en que los usuarios se encuentren a expensas de la buena voluntad de las plataformas, con el...

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