La guerra de Estados Unidos y el último rey de Irak

AutorCarlos Martínez Assad

Al calor de los acontecimientos, lo que se representó con el derribamiento de las Torres Gemelas y la muerte de miles de personas, justificó las acciones y los discursos estadunidenses, sobresaliendo la mentira en el caso de las armas de destrucción masiva en posesión de Irak. La guerra emprendida, sin embargo, excluyó a Arabia Saudita, algo extraño porque fue el país de procedencia de quienes sembraron la destrucción aquel aciago día.

Durante los 20 años transcurridos, el costo de esa guerra ha sido el exagerado número de 900 mil muertos, principalmente iraquíes. También arrojó 37 millones de desplazados. Y, según el Instituto Watson de la Universidad Brown, fallecieron 14 mil 874 soldados de los países aliados, 300 mil combatientes enemigos, así como 8 mil contratistas privados de seguridad estadunidenses, 892 trabajadores de la ONU y 680 periodistas. A ese saldo humanitario, se agrega el costo de 8 billones de dólares.

Los tambores de guerra también batieron en contra de los musulmanes y una nueva configuración de radicalismo religioso se fue imponiendo. Lo sufrieron residentes de más de tres generaciones en los países de Europa y Estados Unidos. Mujeres que huían de la violencia en Irak o Siria enfrentaron acoso, explotación y abusos sexuales en su intento por alejarse de la guerra que arrasó con sus ciudades, sus hogares y acabó con sus seres queridos. Miles murieron ahogados en el mar Mediterráneo. La organización humanitaria Amnistía Internacional documentó los sufrimientos de los refugiados, sobre todo de las menores asediadas durante todas las etapas de su viaje, en particular las de aquellas mujeres que viajaban solas, sin un hombre que las protegiera.

La crisis de refugiados provocó problemas de todo tipo en los países árabes que, a pesar de que enfrentaban dificultades, recibieron a millones de refugiados. Lo mismo sucedió con Turquía y con países europeos, como Alemania, Francia, Dinamarca y España, generando fuertes tensiones políticas y crisis en sus gobiernos donde se debatían posiciones ideológicas de todo tipo. Fueron otros muchos los problemas que a lo largo de estos 20 años surgieron. El del radicalismo islámico fue particularmente dañino por la cauda de destrucción que trajo en los mismos países de procedencia. Su radicalismo alcanzó gran destrucción por parte del llamado Estado Islámico que generó despiadadas formas de terror no imaginadas.

Pero ¿qué ha sucedido en los países que fueron el blanco preciso de Estados...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR