Golpe moral

AutorFrancisco Olaso

ROSARIO, ARGENTINA.- Sergio Schokiender, exapoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, fue detenido el pasado 15 de mayo. El juez Norberto Oyarbide lo acusa de ser el jefe de una organización ilícita que desvió más de 260 millones de pesos argentinos (unos 57 millones de dólares) del Estado destinados a la construcción de viviendas sociales.

Oyarbide ordenó también la detención de Pablo Schokiender, hermano de Sergio, y del contador público Alejandro Gotkin, sus presuntos cómplices.

Los Schokiender adquirieron notoriedad en Argentina hace tres décadas cuando la justicia federal los halló culpables del asesinato de sus padres -en Buenos Aires el 30 de mayo de 1981- y los condenó a cadena perpetua.

En la cárcel Sergio Schokiender se convirtió en un luchador por los derechos de los presos. Luego de 14 años encarcelado recobró la libertad y fue cobijado por Hebe de Bonafini, presidenta de las Madres de Plaza de Mayo.

Sueños Compartidos

El actual escándalo de corrupción en el que está metido Schokiender salpica al gobierno. Con el apoyo de Néstor Kirchner, primero, y de Cristina Fernández, más tarde, las Madres llevaron adelante un proyecto de edificación de viviendas para los sectores desprotegidos: La Misión Sueños Compartidos, que elevaba el acceso a la vivienda al rango de derecho humano inalienable. Llegó a sumar más de 40 obras en siete provincias. Por cantidad de empleados era la segunda empresa constructora de Argentina.

Al frente estaba Sergio Schokiender. Él mismo introdujo el sistema de paredes hechas con paneles de unicel, lo que ahorraba costos y plazos. Los beneficiarios se organizaban en cooperativas para construir sus propias casas y el Estado se hacía cargo de los materiales y los sueldos.

Pero sumas millonadas fueron a parar a las cuentas de los acusados. Las denuncias de diputados opositores y entidades bancadas llegaron antes que cualquier auditoría estatal o interna.

En un intento por diluir sus responsabilidades, los Schokiender sostienen que Hebe de Bonafini tenía poder de decisión en el proyecto y que quiso comprar su silencio. El juez Oyarbide, sin embargo, ha permitido que las Madres de Plaza de Mayo se constituyan, junto al Estado, en querellantes de los acusados. Pero indagará a Alejandra Bonafini, hija de Hebe y actual apoderada de las Madres, sobre la venta de un inmueble y la compra de otro.

Algunas de las obras de Sueños Compartidos han pasado a manos de las provincias y los municipios. Otras están paradas. En algunos casos los trabajadores del programa, ayer orgullosos de la oportunidad única que se les daba, han dejado de cobrar sus sueldos o los perciben "en negro" (sin prestaciones sociales).

El grupo Madres de Plaza de Mayo mantuvo su lucha en medio de la miseria moral de la dictadura y más tarde del menemis-mo. Ahora los grandes medios...

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