Gabriel Zaid / Antigüedad portátil

AutorGabriel Zaid

La antigüedad en el empleo tiene un peso excesivo al decidir, cuando un empleado piensa en cambiar de empresa o un patrón piensa en despedir a una persona. Las leyes mexicanas hacen el despido difícil y costoso, como si el vínculo ideal fuese una especie de matrimonio indisoluble. El costo base de la indemnización es de tres meses de sueldo más veinte días por año de antigüedad. Más una prima de antigüedad con modalidades complejas. Más otras cantidades que pueden derivar del contrato colectivo o individual.

Se comprende que haya personas descontentas en su trabajo que no lo dejan "por no perder su antigüedad". Al descontento suman la esperanza, no de encontrar algo mejor, ¡sino de ser despedidas! Sucede incluso que, ante una buena oferta de otra empresa, el ejecutivo titubea. No es tan difícil calcular en cuántos meses de ganar más se amortiza la antigüedad perdida. No es tan difícil suponer que trabajar contento mejora el desempeño y amplía las oportunidades, incluso ganando menos. Pero la incertidumbre de lo "bueno por conocer" se suma a la inercia de aceptar lo "malo por conocido".

A veces, hay codependencias sádico-masoquistas. Ni se va, ni lo corren. El jefe también está descontento y regaña y se queja del que "no produce nada", pero cree que el despido cuesta una barbaridad. No es tan difícil calcular que si cuesta diez meses de sueldo, la inversión se paga en diez meses. Incluso en menos, porque el verdadero costo está en los daños (y oportunidades perdidas) que causa un "bueno para nada".

Un joven muy independiente, cuando obtuvo su primer empleo, decidió ahorrar lo necesario para indemnizarse a sí mismo cuando se le pegara la gana. No es una cantidad tan grande ni tan pequeña, pero le dio una seguridad que mejoró su desempeño. Se quedó muchos años y acabó comprando la empresa.

Que todo puesto tenga la persona ideal y toda persona el puesto ideal mejora la productividad y la felicidad. La buena administración sabe la importancia de esa meta, pero las urgencias se imponen, tanto en el reclutamiento de candidatos por parte de la empresa como en la búsqueda de empleo por parte de los candidatos. Cosas tan elementales como vivir cerca del lugar de trabajo son pasadas por alto. Por otra parte, los reacomodos son difíciles para los puestos muy especializados, porque las oportunidades para ambas partes se cuentan con...

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