El fútbol les dio familia, hogar y patria

AutorAlejandro Gutiérrez

JEREZ DE LA FRONTERA, ESPAÑA.- En el centro de la cancha 11 jugadores forman un círculo, unen sus manos como si se tratara de un caleidoscopio y cierran los ojos. El capitán Amed

Soleto pregunta a voz en cuello y recibe respuestas al unísono: "¿Qué somos? ¡Un equipo! ¿Qué somos? ¡Una familia! ¿Qué somos? ¡Alma de África!".

Es el ritual previo a cada partido de este club formado mayoritariamente por inmigrantes africanos, llamado Alma de África, que juega en la segunda categoría de la liga de futbol andaluza.

Todos están animosos, enfundados en un uniforme verde en el que resalta la leyenda en su pecho: "Artículo 14. Toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país".

Es un extracto de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU); la leyenda en la camiseta fue propuesta por el publicista y conductor de televisión Risto Mejide, quien donó una importante suma de dinero al crowfounding que organizó el club para allegarse de fondos y equipar a los chicos.

"Planteamos que quien donara más propusiera una publicidad o eslogan en la camiseta, y fue idea de Risto Mejide poner el artículo 14. Va muy acorde con el sentido del club, que es el de la integración de los chicos, la mayoría inmigrantes que huyen de la pobreza y las zonas de conflicto", dice el presidente del club, Alejandro Benítez.

"Es un distintivo con un significado tan poderoso que un museo de Marsella nos pidió la camiseta para que formara parte de una exposición sobre el futbol visto desde el punto de vista social, que se llamó Nous Sommes Foot (Nosotros somos futbol, en francés)".

Casi desde que nació el proyecto atrajo la mirada de periodistas de todo el mundo. De hecho, mientras el enviado de Proceso habla con ellos, también una televisora alemana prepara un reportaje.

Alma de África es un ejemplo de integración y de multiculturalidad. "Tenemos jugadores de una decena de países: Nigeria, Marruecos, Camerún, Senegal, Mauritania, Guinea Bissau, Bolivia y Colombia, entre otros. Aquí tenemos chicos de zonas con conflictos, como es Marruecos y la región del Sahara, pero ellos aquí no viven eso, aquí los ves abrazándose", explica.

"La inmigración es muy deprimente, yo los llegué a ver con la cabeza agachada por cargar a sus espaldas sus duras experiencias, pero aquí ganan mucho en autoestima, se sienten seguros al formar parte de un equipo.

"El club se ha convertido en una familia, se sienten acogidos y se sienten importantes", resume Benítez. Orgullo, dice, que se vio reflejado cuando conocieron que, con motivo del Día Internacional del Deporte, el Desarrollo y la Paz, la ONU difundió un reportaje en la página oficial de la organización sobre Alma de África como ejemplo de integración en el deporte. En 2016, también recibieron el Premio Ciudad de Jerez a la Igualdad y la Integración.

Huir de África

Cuando el árbitro pita y el balón se pone en juego, ellos corren en la cancha con agilidad de gacela.

En una jugada, el senegalés Modou Dione logra bloquearle el...

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