Fujimori vs Fujimori

AutorPablo Pérez Álvarez

LIMA.- El expresidente peruano Alberto Fujimori (1990-2000) se muestra inquieto en el penal del este de Lima en el que cumple varias penas de prisión por actos de corrupción y por graves violaciones a los derechos humanos, incluidas dos matanzas.

El motivo de sus tribulaciones no parece ser tanto el nuevo juicio que se lleva a cabo en su contra por el desvío de dinero público a varios periódicos a cambio de que hiciera propaganda a favor de su nueva reelección en el año 2000 y de paso realizar una campaña de calumnias y desprestigio contra sus rivales políticos.

En realidad, lo más preocupante para él es la progresiva pérdida de influencia en su propio movimiento político, encarnado en el partido Fuerza Popular, y porque ve que ya nadie, ni siquiera desde esta organización, presiona para que sea puesto en libertad.

Lo curioso es que su gran rival interno, quien le arrebató el control del fujimo-rismo y lo está haciendo menos radical y más aceptable democráticamente, es ni más ni menos que su primogénita, Keiko Fujimori.

Él cayó en desgracia en 2000, cuando se hicieron públicas las grabaciones realizadas por su hombre de confianza y jefe de los servicios secretos peruanos, Vla-dimiro Montesinos. Ello mostró que su gobierno había sumido al país en un marasmo de corrupción. Fujimori renunció al cargo por fax desde Japón, aprovechando que el escándalo lo agarró en un viaje oficial. Después de eso, el fujimorismo se sumió en un periodo de ostracismo.

En 2011, sin embargo, dicho movimiento se quedó a las puertas de regresar al poder. Keiko quedó a tres puntos porcentuales de distancia de Ollanta Humala en la segunda vuelta de los comicios presidenciales.

El repudio al autoritarismo y a la corrupción del gobierno de Fujimori resultó entonces ser mayor que el apoyo que todavía tiene en un porcentaje importante de la población y fue un factor decisivo en el triunfo de Humala.

Desde entonces, la heredera del legado fujimorista intenta cambiar a Fuerza Popular para vencer dichas reticencias y ganar la próxima elección presidencial en 2016. No obstante, algunos analistas coinciden en que para ello tiene que alejarse de los postulados de su padre. Y eso es lo que éste, quien intenta por todos los medios mantener su influencia en la política nacional, no termina de asumir.

El politólogo Carlos Meléndez asegura que la heredera de Fujimori "está institucionalizando el partido. Está haciendo cosas que su padre nunca hizo: un partido político organizado, autónomo del Estado, enraizado en la sociedad, con procesos de democracia interna, trabajando con ONG's democráticas en temas de cooperación internacional, tratando de hacer talleres de formación de líderes...".

Por su parte, el analista Carlos León Moya considera que Keiko pretende llevar a Fuerza Popular hacia el centro. De hecho, puntualiza, ya lo intentó en las elecciones de hace tres años: "Hábilmente pide perdón por los errores del padre y jura que no lo va a...

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