Francisco Moreno Sánchez / Niños sin vacunas

AutorFrancisco Moreno Sánchez

La mejor medicina es la prevención, es la que evita que las personas enfermen, ayuda a mantener una población sana y económicamente activa, disminuye el costo de enfermedades que pueden requerir tratamientos costosos, estancias hospitalarias prolongadas y lo más importante, previene la posibilidad de perder la vida por problemas médicos.

Durante los últimos dos años y medio, la pandemia por Covid-19 ha provocado un daño a la salud de los mexicanos en forma directa por el alto número de contagios, enfermos, hospitalizados y fallecimientos; y de forma indirecta al disminuir la atención de enfermos en los hospitales por la reconversión hospitalaria, el miedo de la población para acudir a estos sitios y la disminución de recursos que se debieron destinar para el control del SARS-CoV-2. Todo esto llevó a carencias en la atención médica durante la emergencia sanitaria.

Tristemente ha quedado claro que los esfuerzos para mitigar la pandemia por parte de la autoridad sanitaria y evitar la tragedia fueron un fracaso. Los resultados de la estrategia para enfrentar este problema han tenido como resultado ser el quinto país con más fallecimientos, el primero en muertes en trabajadores de la salud, uno de los 3 primeros en orfandad por muertes en alguno de los padres y uno de los 3 con más muertes gestacionales, es decir, embarazadas que perdieron la vida por contagiarse del virus y no tener la posibilidad de recibir una atención adecuada.

Uno de los pilares de la medicina preventiva es la vacunación infantil. La expectativa de vida del mexicano pasó de 43 años en 1950 a 75 en la era actual, esto se debe en gran parte a los programas de inmunizaciones que han prevenido la mortalidad infantil. La viruela humana fue erradicada del planeta, enfermedades como polio, sarampión, rubeola, parotiditis, difteria, tétanos, tosferina, tuberculosis, meningitis por Haemophilus, hepatitis B y rotavirus lograron disminuirse en los niños de 12 a 35 meses gracias a un sistema de vacunación que si bien no era perfecto, logró vacunar con esquema completo al 78.4% en el 2006 y a 74.2% en el 2012.

En todo programa de salud, el incremento en la tasa de vacunación debería de ser una prioridad, pero no es así para el...

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