Fin de Semana: Rumbo a Zimapán

AutorLuis Bueno

REFORMA

Durante la Conquista, los pueblos mineros se extendieron a lo largo y ancho de México. Uno de los primeros, y de los más cercanos al Distrito Federal es Zimapán, al norte del estado de Hidalgo.

Para conocer los sencillos encantos de Zimapán es necesario tomar la carretera México-Laredo, donde pasarás por un tramo de sinuosa carretera, aproximadamente 30 minutos de curvas que, si bien pueden resultar desesperantes, concluyen con una merecida recompensa.

Si bien los españoles encontraron en él plata y otros minerales valiosos, hoy los principales tesoros que ofrece a quienes lo visitan son su calma, sus delicias culinarias y su aspecto provinciano.

En los últimos años, las autoridades de la localidad han exigido a los propietarios de casas y edificios del centro cumplir con ciertas reglas de construcción para conservar el ambiente colonial de este sector. Por desgracia, las calles de este poblado, otrora empedradas, lucen a últimas fechas un gris pavimento, aunque no llega a restarle encanto a la atmósfera colonial.

Al llegar al centro del pueblo destaca la Iglesia de San Juan Bautista, una construcción que data del siglo 18 y en cuya fachada pueden apreciarse dos estilos artísticos perfectamente diferenciados. En la parte baja se observa el barroco popular mexicano en un tono de cantera roja, llena de adornos rebuscados. La parte alta y la de la torre tiene una cantera de color más claro, con menos ornamentos, pero igualmente bella.

Otro de los encantos es el parque El Sabino, que alberga al gigantesco árbol de ahuehuete que le da nombre. El tronco de este árbol, de unos 700 años de edad, tiene un diámetro de 4.6 metros y su altura es de 25 metros. Se encuentra a sólo tres cuadras de distancia del Centro.

Después de caminar un buen rato el apetito se despertará. No te preocupes, todo está cerca del Centro. Si eres de paladar aventurero, el mercado será una excelente opción, donde encontrarás tacos de barbacoa, de carnitas de res o pollo enchilado. Si prefieres ir a un restaurante, hallarás un par de ellos para deleitarte con uno de los platillos más comunes entre los zimapenses: la cecina con enchiladas, que pueden ser rojas, verdes o en la típica salsa del lugar, conocida como "salsa de rayado".

Por temporadas, aunque cada vez es menos común, es posible saborear una salsa preparada con un gusano llamado "chamué", que habita en los árboles de mezquite, vegetación característica de este lugar.

Uno de los mejores hoteles del estado de...

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