Festival Cervantino III

AutorEstela Leñero Franco

Se confirma así el privilegio de la mirada nostálgica hacia el pasado, tan enriquecedor siempre, por sobre un presente menos explorado, más riesgoso, rico y sorprendente; con parámetros apenas por establecer, que nos habla desde el hoy con vistas hacia lo que vendrá y no desde lo que ya fue para rein-ventarlo hoy.

Al Cervantes off se invitó a directores y actores jóvenes a reinterpretar, dialogar y jugar con las comedias teatrales de este autor que, en su mayoría, son poco afortunadas y que en su versión contemporánea lograron mucho. Algunas de ellas se presentaron en el interior de la Mina del Nopal, en la que los estudiantes de la Escuela de Minas de la Universidad de Guanajuato realizan sus prácticas, además de ser un centro turístico. Espacio reducido y maravilloso para el teatro. Se siente la profundidad de una cueva con piedras, pasillos, rampas y mucha humedad. Las obras retomaron el ambiente de la mina, el significado de trabajar en las profundidades o de ser minero, y el vestuario y los aditamentos del lugar se combinaron con elementos de época, contemporáneos, pop, kitsch y tec-no. Martín López Brie retomó El gallardo español, donde se enfatiza el significado de la organización de los trabajadores entrelazándola con la anécdota cervantina; Abril Mayett rein-terpreta brillantemente El rufián dichoso, y Sixto Castro San-tillán, desparpajadamente, El laberinto de amor.

En El Rufián dichoso o la paráfrasis de la culpa, la directora y también actriz pone en la cueva de la discusión el tema del remordimiento y la moral de quen roba, viola, abusa y se aprovecha de sus semejantes. La metáfora de Cervantes se ve realzada en esta propuesta, por lo que el juego y la complejidad temática van de...

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