Las FARC, adiós a las armas... y a las drogas

AutorRafael Croda

BOGOTÁ.- Uno de los comandantes de las FARC y miembro de su Secretariado, Pastor Alape, afirma que esa organización –la cual el martes 27 concluyó su desarme definitivo y dejó de ser guerrilla tras medio siglo de conflicto con el Estado colombiano– nunca llegó a establecer una relación con los cárteles mexicanos de las drogas, pese a su fuerte presencia en las principales zonas cocaleras de Colombia.

“Las versiones que nos vinculaban con cárteles mexicanos y con traficantes son parte de la estigmatización que se dio contra las FARC en el marco de la propaganda de guerra. Se estableció una matriz mediática para mostrarnos como una estructura criminal y no como una organización política”, afirma Alape en entrevista.

El exjefe guerrillero reconoce, sin embargo, que algunas estructuras de las FARC, en las que hubo “descomposición en personas, en individuos”, pudieron haberse relacionado con cárteles mexicanos para traficar cocaína.

“Por supuesto, eso pudo ocurrir donde no se le dio un manejo adecuado a la forma de conseguir los recursos y de manejar los gastos, a lo que llamamos nosotros el gasto proletario, pues un manejo inadecuado de la economía en la guerra genera descomposición”, señala.

En el acuerdo de paz que firmaron en noviembre pasado con el gobierno del presidente colombiano Juan Manuel Santos, las FARC se comprometieron a “contribuir de manera efectiva” a la solución definitiva del problema de las drogas ilícitas y a “poner fin a cualquier relación, que en función de la rebelión se hubiese presentado con este fenómeno”.

Alape, uno de los representantes de las FARC en las negociaciones de paz con el gobierno, afirma que el grupo insurgente ha cumplido con los acuerdos de paz, incluido el punto que lo obliga a romper cualquier vínculo con el fenómeno de las drogas. Pero aclara que los guerrilleros de las FARC que decidieron no respaldar el proceso de paz –entre 300 y 400– “sí tienen relación con algunos narcotraficantes en el país y con los que pueden venir de afuera, incluso de México”.

Esa, dice, “es la información que hemos recibido, porque esas disidencias ya están motivadas por intereses individuales que quieren obtener ese tipo de recursos”. Alape sostiene que a lo largo de más de medio siglo de existencia, el único vínculo de las FARC como guerrilla con las drogas ilícitas fue el cobro de impuestos en las zonas cocaleras a los cultivadores de hoja de coca y a los compradores de pasta base, a quienes fijaban un precio mínimo...

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