Ezra Shabot / Sin equidad

AutorEzra Shabot

Uno de los problemas que enfrenta constantemente la operación de un sistema democrático es la manera de establecer equilibrios entre los contendientes de forma que nadie compita en condiciones de ventaja ante sus adversarios. El argumento con el que se cuestionaba el funcionamiento del régimen priista era precisamente el de la iniquidad en la contienda. Incluso cuando se llevaron a cabo las primeras reformas electorales en la década de los 70, la imposibilidad de derrotar al PRI radicaba no sólo en el hecho de que el Gobierno controlaba los procesos electorales, sino que los recursos del Estado fluían libremente al partido oficial, impidiendo una contienda equilibrada.

Con la ciudadanización del IFE, y la independencia del Tribunal federal electoral, las condiciones de equidad mejoraron sustancialmente, más aun cuando, con la derrota del PRI en el 2000, se cerró prácticamente la posibilidad de utilizar grandes recursos del Estado para apoyar campañas. Sin embargo, el surgimiento de poderosos grupos privados dispuestos a financiar candidatos y partidos, vuelve a poner en entredicho la equidad de la democracia mexicana. Además, dentro de los propios partidos políticos se empezaron a producir condiciones desfavorables para la realización de contiendas equilibradas.

Así, en el Partido Revolucionario Institucional, el triunfo que condujo a Roberto Madrazo a la dirección del tricolor, le dio la oportunidad de construir, en el transcurso de estos cuatros años, una plataforma desde la cual garantizar una amplia ventaja frente a los otros contendientes. A pesar de que aquellos que hoy compiten contra Madrazo por la candidatura presidencial ocuparon puestos de gobernador o de senador de la República, ninguno de ellos pudo tener acceso a los hilos de poder a nivel nacional como lo hizo Madrazo. El aparato del partido es hoy un instrumento en manos del tabasqueño, quien fue lo suficientemente hábil como para anular a través de alianzas de todo tipo a su ex aliada Elba Esther Gordillo, obligando a todos los no madracistas a unificarse en el Tucom para intentar contener el poderío de un presidente de partido dispuesto a todo con tal de conseguir la candidatura para la grande.

El desequilibrio al interior del PRI es enorme, y a pesar de que los miembros del Tucom insisten en que Madrazo no ganaría una elección presidencial, los factores de poder dentro del partido están en manos de este político del cual todos desconfían y con razón. Y si los priistas...

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