Eugenio Herrera Terrazas. La transparencia es la mejor arma contra la corrupción

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Todos los días alguien se dice ofendido o difamado por lo que se publica en este país invocando la honra, la reputación, el prestigio (aunque a veces no se tenga), y hasta el buen nombre. Estas quejas no llegan mediante cartas al director, sino con frecuencia a través de demandas cuantiosas por daño moral, y hasta hace poco mediante una práctica casi extinta en nuestro país, las denuncias penales por difamación con aparejadas amenaza de cárcel.

A nosotros nos corresponde defender la causa más noble de todas las causas: la causa de la libertad. En mi caso, la de defender jurídicamente el derecho de expresar lo que se piensa, el derecho de que las ideas circulen libremente, el derecho de imprimir y transmitir lo que se sabe, y desde luego, el de buscar y difundir la verdad. En el caso de mis clientes sin contrato, el ciudadano ordinario, es su derecho a saber, a estar informado.

Respecto a mi rol como abogado, de un medio masivo de comunicación, con frecuencia se piensa que los abogados decimos qué se publica y qué NO por riesgo a ser demandados. Todos recordarán aquella historia dramatizada por la película El informante, sobre la cadena CBS, entonces propiedad de Lawrence Tisch, empresario hotelero y con intereses económicos en la industria del tabaco, quien estando por vender su cadena de televisión a Westinghouse, titubeó para publicar un segmento en su programa 60 minutos sobre la adicción a la nicotina, ante la amenaza de una cuantiosa demanda por daños y perjuicios.

Puedo decir con orgullo que esto no sucede aquí.Mi resposabilidad es dejar sobre la mesa editorial perfectamente claro cuales son los riesgos y cuales las consecuencias legales de publicar una nota y dejar que el consejo editorial (conformado por periodistas) decida.

Alguna vez escuché decir a un maestro, que la fórmula perfecta para esto, es como dar clases de educación sexual en una escuela; Les recomiendas que NO hacer, pero sabes que lo harán, así que mejor les dices cómo protegerse mejor.

Adicionalmente, me atrevo a decir que los abogados de medios nos hemos hecho parte del proceso editorial cada día más. Sí, libramos las batallas legales, pero también incidimos en la detección de fallas del sistema y de la ley (algunas culposas y tras dolosas) que seguido se presentan en letra sumamente pequeña y con lenguaje seleccionado para no entenderse. En otras ocasiones, es sóio una cuestión de principio:

• Iniciamos hace años una cruzada para convencer a los...

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