La estrategia rosa

AutorRodrigo Vera

Marcelo Ebrard abraza a su novia Rosalinda Bueso y comenta embelesado: “Es una mujer lindísima, un encanto… Ya no estoy solo, tengo a mi novia y me siento feliz”.

Ella le contesta con otro piropo: “Me enamoró no el jefe de Gobierno, sino Marcelo; es un hombre tierno… sus ojos hablan”. Le pide que la bese y un beso apasionado sella los labios de los dos enamorados que “derraman miel” y ya empiezan a hablar de matrimonio.

Este es el momento climático de la entrevista que el jefe de Gobierno capitalino y la exembajadora de Honduras en México concedieron a Quién, publicada en la edición de agosto de esa revista del corazón. Ahí hablan de cómo se conocieron, de lo mucho que se aman y de su lucha para que Marcelo llegue a la Presidencia de la República.

La edición de Quién –en cuya portada aparecen maquillados Marcelo y Rosalinda– empezó a circular justo cuando se anunció la creación de Demócratas de Izquierda (DI), la corriente del PRD impulsada por Jesús Ortega que ya comenzó a promover la candidatura presidencial de Ebrard para las elecciones de 2012.

La entrevista se encuadra en una novedosa estrategia mediática del PRD encaminada a pregonar la vida íntima de Ebrard a través de la prensa rosa. Sigue la misma táctica de Enrique Peña Nieto, el aspirante presidencial del PRI, quien lleva ya tiempo exhibiendo su relación amorosa –que culminó en casorio– con la actriz Angélica Rivera, La Gaviota.

A sus 52 años, con dos divorcios y tres hijos, Ebrard no quiso quedarse atrás y ahora presume también a su Gaviota. Se trata de la hondureña Rosalinda Bueso Asfura, una guapa y espigada exmodelo de 32 años que se desempeñaba como embajadora en México del gobierno de Manuel Zelaya. Sin embargo, el golpe de Estado contra el mandatario hondureño ocurrido en 2009 dejó a Rosalinda sin chamba… y la arrojó a los brazos de Ebrard, quien heroicamente se encargó de protegerla de los golpistas y de darle un cargo en su gobierno.

A grandes rasgos esta es la trama de la novela rosa protagonizada por Marcelo y Rosalinda, quienes desean que ésta culmine felizmente en Los Pinos. Por su heroísmo, sus gafas y su chino en la frente –que compite con el copete de Peña Nieto–, Ebrard empieza a ser visto por Quién como una especie de Clark Kent mexicano.

Sin lastres

Desde hace tiempo, Ebrard se ha estado preparando para interpretar el papel de superhéroe. La misma revista –en su edición de enero pasado– detalló la “reingeniería en imagen” a la que se sometió el nuevo don Juan. “Se inyectó botox en la frente y seguramente se injertó pelo”, ya que “su nuevo peinado evidencia injertos para reducir las entradas”. Los cuidadosos tratamientos faciales –peeling, mascarillas y masajes– lo muestran hoy con “la piel bien cuidada”.

La revista le recomendó cubrirse el cuello, pues ahí “los signos de la edad ya son visibles”. Por eso, Marcelo suele aparecer con sus corbatas Hermes bien anudadas.

Los estudios en colorimetría –que tomaron en cuenta el color de su pelo, piel y ojos– determinaron que el color que mejor le sienta es “el amarillo paja”, o tonos de la misma gama cromática.

Por esas fechas, Ebrard aún seguía casado con la actriz Mariagna Prats, su segunda esposa. Quién reparó en su descuidado aspecto, que la ponía en desventaja frente a Angélica Rivera, su...

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