Una estela de grisura...y el "¡ayúdenme!"

AutorJosé Gil Olmos

La mañana del domingo 15 de abril, sin la presencia de los reporteros, José Antonio Meade fue a visitar la catedral de San Juan de los Lagos, donde la virgen María recibe al año 5 millones de peregrinos que le piden un milagro. Ese día de gira lo acompañaba el candidato del PRI a gobernador de Jalisco, Miguel Castro Reyno-so, pero ambos se quedaron en la entrada del templo, donde hablaron con feligreses y religiosos para después seguir su campaña y reconocer el panorama difícil y complicado que les presenta la elección.

Después de tres semanas de giras, el peregrinar de Meade ha sido difícil. No sale del tercer lugar con que inició la campaña; todos sus actos son cerrados a la gente y están estrechamente vigilados por el Estado Mayor Presidencial. En muchos de ellos se han visto tibios apoyos de los priistas de base y su agenda de actividades es caótica, porque el equipo coordinado por Aurelio Nuño camina tropezándose consigo mismo y muchas veces hace hasta 10 cambios una noche antes.

Meade no ha conseguido plantarse como firme aspirante a dirigir el país. En la mayoría de las encuestas aparece muy abajo y, en la más reciente del periódico Reforma, hasta a 30 puntos del puntero Andrés Manuel López Obrador, a quien casi todos los días dedica tiempo para acusarlo de ser un peligro para el país y retarlo a debatir sobre sus propiedades e ingresos de los últimos años.

De acuerdo con estimaciones de en-cuestadores, si participa 60% del padrón electoral, cada punto porcentual representa 600 mil votos. De ahí que la diferencia entre Meade y López Obrador sería de 18 millones de votos hasta la tercera semana de la campaña.

Esta posición es la que ha impactado a Meade y a su equipo, que hasta el momento no ha logrado su objetivo de posicionar-lo en el segundo lugar de las preferencias ciudadanas antes del primer debate de este domingo 22 de abril, como tenían previsto.

El domingo 15, en Arandas, Jalisco, en un acto público afloró en el candidato del PRI esa incertidumbre que a veces se le nota cuando camina por las salas de espera de los aeropuertos, donde sólo algunos lo saludan y le piden una selfie.

Luego de escuchar las preguntas de algunos asistentes y de escuchar el apoyo de los candidatos priistas a diputados y a gobernador, Meade preguntó a los productores de tequila y textileros de los Altos de Jalisco cómo percibían la elección:

Yo quisiera empezar preguntándoles a ustedes: ¿quién cree que esta va a ser una elección bien difícil y bien complicada? Que levante la mano.

La mayoría de los presentes lo hizo.

"Yo también", soltó Meade, y alzó la suya ante el asombro de muchos, incluidos algunos reporteros que movieron la cabeza con...

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