Estadio para la élite

AutorPablo Giuliano

SAO PAULO.- Maracaná es el nombre que los indígenas tupí guaraní dieron a un periquito multicolor que todavía habita entre los árboles de Río de Janeiro y en los 8 mil 500 kilómetros del litoral marítimo de Brasil.

El estadio Jornalista Mario Filho, más conocido como Maracaná e inaugurado el 16 de junio de 1950, vivió el domingo 16 su renacimiento, 63 años después, con el encuentro México-Italia en el que la escuadra azzurra se impuso 2-1 en el marco de la Copa Confederaciones 2013.

El coso, que pertenecía al estado de Río de Janeiro, fue privatizado por decisión del gobernador Sergio Cabral, del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), principal aliado del gobierno de Dil-ma Rousseff.

Erigido para ser el mayor estadio del mundo-en la final del Campeonato Mundial 1950 ganada 2-1 por Uruguay en el Maraca-nazo fueron contabilizados 199 mil 854 asistentes-, el Maracaná ahora se viste de gala. En 1969 atestiguó el gol mil de Pelé ante el Vasco da Gama y fue la sede del Santos.

Con los auspicios de la FIFA, aforo de 76 mil aficionados, techo y un juego de luces como gran atracción visual, el Maracaná será, al igual que en 1950, escenario de la final de la Copa del Mundo 2014.

Durante 35 años y a partir de este mes -exceptuando cuando la FIFA reclame sus derechos sobre los seis escenarios de la Copa Confederaciones y los 12 del Mundial 2014-al estadio lo administrará un consorcio integrado por la constructora multinacional brasileña Odebrecht (90%), la empresa de entretenimiento IMX (5%) del magnate Eike Batista, quien hasta este año era el hombre más rico del país, según Forbes, y la empresa estadunidense AEG (5%).

Esta última se especializa en la administración de estadios y participa en las concesiones del coso del club Palmeiras, el Arena Pernambuco, de la ciudad de Recife, y el de Curitiba, en Paraná. Además, maneja espacios como el Staples Center, de los Lakers, y el Home Depot Center, de los Galaxy, en Los Ángeles, California; también administra el 02 Arena de Londres, así como los estadios turcos de Galatasaray el Fenerbahge.

A la constructora Odebrecht le llevó tres años remodelarel Maracaná con un costo de 510 millones de dólares; de esta suma 200 millones fueron aportados por créditos públicos del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social.

En abril pasado, luego de una denuncia publicada en el diario Folha de Sao Paulo, Odebrecht reconoció que financió viajes a África del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva...

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