Esperanza donde no la hay

AutorErnesto Villanueva

Primero. México es un país de máscaras (Octavio Paz), de esperanzas incesantes de que alguien vendrá a arreglar lo que como sociedad no ha hecho, pues la sociedad organizada es una metáfora que vive, en casi todos los casos, de las notas que puede vender a los medios para existir; mientras las universidades, el "último reducto de la conciencia", son, en la inmensa mayoría de los casos, zonas de confort donde se paga por ver, como si de un partido de fútbol se tratara, y los partidos negocian todo lo que se puede negociar, sea o no de interés público. En suma, cada quien ve para su santo porque sabe, intuye, que no hay nada que hacer, que no hay futuro y sólo queda obtener un beneficio ahora en espera de mejores épocas, de oportunidades que, como actos divinos, pueden llegar.

La mayor parte de los medios no ofrecen garantías al derecho a saber de la sociedad, porque el mismo está atrapado entre la conciencia a la venta y el erario usado para desinformar, para generar ilusiones de que las cosas no están bien pero lo estarán en un futuro cercano, aunque incierto. Mientras tanto, apartarse del camino de la ilusión para traducirlo por la acción no es algo bienvenido en muchos círculos: "conflictivo" se llama a quien exige que el derecho se cumpla y no sea sólo un fetiche; "resentido" se califica al que ve contradicciones esenciales entre la equidad y la justicia y el derecho.

Segundo. La distancia entre lo que existe y lo que debiera existir es cada vez más grande. La resignación también, porque es un destino ineluctable de los "buenos", de los que no son "conflictivos" ni "resentidos", de los que esperan -sin desesperar- una felicidad que está más allá de esta vida. Hasta ahora, razonan, nadie ha vuelto para quejarse de que las santas enseñanzas no están llenas de verdad. Lo que ocurre son "pruebas" de que algo bueno va a pasar en algún momento. Son "bendiciones" que templan el espíritu y deben ser aceptadas con júbilo, con gozo, porque en ello reside la verdadera "salvación", la que hará de la felicidad un camino infinito y duradero.

¿Cómo explicar que los políticos, los gobernantes, tengan grandes sueldos y no resuelvan casi nada? ¿Qué decir de...

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