Esclavitud laboral, efecto oculto del Covid en América Latina

José Meléndez, corresponsal

SAN JOSÉ, Costa Rica, junio 12 (EL UNIVERSAL).- Atada al multimillonario negocio de la trata de personas con fines de explotación, la esclavitud laboral se agravó en 2020 en América Latina y El Caribe por el acelerado aumento del desempleo como una de las secuelas socioeconómicas del fuerte impacto del coronavirus.

El fenómeno atacó un escenario ideal de desocupación: millones de latinoamericanos y caribeños que, desesperados al perder su trabajo por cierre temporal o definitivo de millares de compañías privadas por el azote indirecto de la enfermedad, están dispuestos a aceptar un empleo sin importar si oculta una esclavitud moderna. Los conflictos por una prolongada servidumbre de bolivianos en Brasil, de colombianos en Colombia y de hondureños en Honduras surgieron como ejemplos de dramas individuales o grupales en coincidencia con la pandemia, con líos semejantes encubiertos por el enigma en otras naciones.

Uno de los casos más conflictivos brotó con crudeza este mes en Costa Rica, aunque ha existido por décadas: mano de obra barata de miles de nicaragüenses que entran ilegalmente a este país a sumarse a tareas agrícolas, ganaderas, servicio doméstico y seguridad, pero sin garantías laborales, con engaños financieros y obligados al silencio por carecer de legalidad migratoria. "Esto es una mafia tremenda. Es algo terrible", dijo el costarricense Juan Carlos Bolaños, dirigente comunal y director de Flecha TV de San Carlos, municipio del norte de Costa Rica fronterizo con el sur de Nicaragua.

"Algunos patronos de este sector se apropian de parte del salario de los nicaragüenses, porque les deducen las cuotas de seguridad social, aunque lo hacen a nombre de empresas inexistentes" y sin vínculo con la (estatal) Caja Costarricense de Seguro Social, aseguró Bolaños a EL UNIVERSAL. "La práctica" de explotación y de trampa con los sueldos "se repite" en la región con nicaragüenses que trabajan todo un día por sólo 5 dólares, narró.

El panorama se complicó esta semana al aumentar las cifras de nicaragüenses contagiados y convertir al norte de esta nación en epicentro del Covid-19, pese a que Costa Rica estableció desde marzo anterior severos controles migratorios limítrofes para contenerlo mientras Nicaragua se resistió a adoptar medidas de urgencia sanitaria.

Indigno. "El uso de mano de obra migrante [irregular] nicaragüense se ha prestado para su explotación, irrespetando sus derechos y las condiciones mínimas de su...

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