El escapista

AutorMarcela Turati

CAMBRIDGE, MASS.- Hay quienes aseguran haber visto al expresidente Felipe Calderón cuando desayunaba en la cafetería de la Kennedy School en la Universidad de Harvard, sentado entre los estudiantes, como uno más. Otros se lo toparon en una fiesta de egresados en uno de esos edificios que parecen castillos en esta antigua casa de estudios, caminando en una plaza o hasta en la fila de un banco. Lo paradójico es que quienes lo buscan no lo encuentran.

Calderón es como un escapista en Harvard: aparece cuando menos lo esperan y desaparece cuando lo buscan. No responde los correos electrónicos de solicitudes de entrevista ni a los recados enviados a través de sus conocidos o de su contactman, la persona que la institución le asignó como su filtro; su puerta de hierro.

Y, a pesar de que esta escuela lo albergará por un año y le pagará por reflexionar sobre lo que fue su criticada administración, su nombre no está escrito afuera de ninguna oficina.

La última vez que se le vio fue a través de su cuenta de Twitter, en una fotografía de la conferencia Dauos Debrief en la que participó el viernes 1, en el Allison Dining Room, y que él mismo presumió a sus seguidores.

Calderón apareció de sorpresa en ese momento, ya que su nombre no estaba anunciado en el panel. Sólo se publicita-ron los de los cuatro maestros de la Business School: Koehn, Robinson, Lerner y Hellueg, y el del moderador.

Una mañana de la semana antepasada en el Forum, el punto de encuentro donde los estudiantes de política y negocios de la Kennedy realizan sus debates con personajes y toman su lunch del mediodía, un estudiante que trabaja para la Kennedy School Reuieu; contó a la reportera una anécdota.

El 30 de enero, al mediodía, mientras paseaba por la escuela encontró al expresidente durante el almuerzo con una persona que parecía un asistente. Lo curioso es que aun cuando más de 37 mil personas han solicitado que Harvard lo desinvite en castigo por la guerra contra el narcotráfico que desató y dejó miles de muertes, los estudiantes que lo rodeaban ignoraban que ese hombre trajeado, de lentes y bajo de estatura era el expresidente de México.

Su rostro les es desconocido, a pesar de que en una de las paredes centrales de la universidad se exhibe su fotografía amplificada junto a las de otros líderes del mundo -entre ellas la pacifista birmana Ang San Suu Kyi y la exsecretaria de Estado Condoleezza Rice-. Mucho menos saben de la controversia en torno a su estancia en Harvard.

"Cuando Calderón salió le dije que tenía mucho gusto en conocerlo; que sería un placer hacerle una entrevista -explica un reportero- y él me dio su tarjeta con su nombre, su dirección en la universidad y dos correos electrónicos. En el primero no contesta; el otro, el oficial de Harvard, no funciona, los correos se rebotan."

Este joven piensa que el expresidente quizá no se esconde, sino que aún no le activan su correo electrónico. Lo cierto es que su tarjeta de presentación -"Felipe Calderón Hinojosa. Presidente de México 2006-2012"- tiene el membrete de Harvard.

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