Un enviado “rápido y furioso”

AutorHomero Campa

A finales de enero, el gobierno de Barack Obama comunicó al de Felipe Calderón que había designado a William Newell agregado de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) en la Ciudad de México.

El anuncio fue bien recibido por el gobierno mexicano: Newell se graduó en justicia criminal y estudios latinoamericanos, habla español con fluidez y, sobre todo, conoce el tema del tráfico de armas hacia México. Hasta antes de su nombramiento era el agente especial encargado de la ATF en Phoenix, Arizona, donde abundan las tiendas que venden armas a intermediarios de los cárteles mexicanos de la droga.

Pero Newell se vio implicado en el escándalo de la operación Rápido y furioso: fue uno de los responsables de aplicarla y se opuso a informar de ella a las autoridades mexicanas, según afirma Mike Vanderboegh, un “activista de la Segunda Enmienda y crítico de la ATF” que dice haberse dedicado durante 15 años a seguir las actividades de esa agencia.

El 3 de febrero, Vanderboegh envió una carta a Salvador de Lara, cónsul de México en Atlanta, en la que resume las características de dicha operación y señala que “era inevitable que una o más armas que transitaron al sur sin notificar a las autoridades pertinentes de su gobierno terminarían en manos de criminales”.

Vanderboegh dice que Newell ocultó los detalles de la operación a Darren Gil, entonces agregado de la ATF en la Ciudad de México, quien sin embargo se enteró por medio de otros agentes “de lo que estaba ocurriendo”, por lo que “tuvo una confrontación con Newell sobre si el gobierno mexicano debía ser notificado”.

Según Vanderboegh, “Newell insistió en que no habría ninguna notificación a las autoridades mexicanas”, por lo que Gil contactó a sus superiores en Washington, quienes respaldaron la posición de Newell.

“En una reunión que incluía a Lanny Breuer, asistente del procurador general para la División Criminal del Departamento de Justicia, al subdirector Kenneth Melson de la ATF y varios subordinados, se decidió mantener al gobierno de México en la oscuridad”, escribió Vanderboegh en su carta.

Señala que Gil “fue forzado a retirarse y así lo hizo el 31 de diciembre”.

Consultadas por este semanario, fuentes del gobierno de México confirmaron que Gil se marchó abruptamente del país en el verano pasado sin que la embajada de Estados Unidos ofreciera explicación alguna. Gil “ni siquiera se despidió”, dijo una de las fuentes.

Grilla interna

El...

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