Los entretelones de una visita ignominiosa

AutorJesús Esquivel y Jenaro Villamil

Desde mucho antes del 31 de agosto, la visita del candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, fue gestionada por el secretario mexicano de Hacienda, Luis Videgaray, y por sus dos piezas fundamentales en el entorno de Los Pinos: el jefe de la oficina de la Presidencia, Francisco Guzmán, y el subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte, Paulo Carre-ño King.

La decisión de invitar al magnate -revelaron a Proceso fuentes gubernamentales y diplomáticas- se tomó con el máximo sigilo, se ignoró la oposición de la canciller Claudia Ruiz Massieu y se provocó la peor crisis dentro del gobierno de Enrique Peña Nieto; también vino la crítica pública de dos exembajadores en Estados Unidos, Arturo Sarukhán y Miguel Basáñez, así como de Enrique Berruga, exsubsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte y asesor del presidente Enrique Peña Nieto. Rosario Green, exsecretaria de Relaciones Exteriores, considerada una de las máximas autoridades en el mundo diplomático mexicano, escribió una tarjeta informativa destinada a algunos líderes priistas y a la cual tuvo acceso este semanario. En ella, la exsenadora del PRI, quien fue canciller en el gobierno de Ernesto Zedillo (1998-2000), afirmó "de muy buena fuente" que la visita de Trump a México fue acordada entre Francisco Guzmán, Paulo Carreño y Luis Videgaray.

Green señaló que la crisis de la diplomacia mexicana se vive desde los dos sexenios anteriores, los del PAN, pero se profundizó con la llegada de José Antonio Meade a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y con el desplazamiento del servicio exterior mexicano por panistas que venían de la Secretaría de Hacienda y del Sistema de Administración Tributaria.

En el gobierno de Peña Nieto, anotó Green, la crisis se agudizó aún más con la llegada de Claudia Ruiz Massieu y el nombramiento de personajes sin experiencia en áreas tan delicadas como la subsecretaría para América del Norte, o la designación de exgobernadores acusados de corrupción, como Fidel Herrera, como cónsules o embajadores, así como de "juniors y protegidos del sistema".

Al referirse a la visita de Trump, que calificó de error, la embajadora y doctora honoris causa por dos universidades estadunidenses advirtió que Luis Videgaray "y su equipo serán conscientes de todo el daño que le han provocado al presidente Peña y a México. La soberbia y petulancia con la que han movido al país no tiene precedente".

Al respecto, y a petición de Proceso, la Secretaría de Hacienda fijó su posición el viernes 2 por la tarde: "La conducción de la política exterior es una facultad exclusiva del Presidente de la República. Por ende, la iniciativa y la decisión de invitar a los candidatos Clinton y Trump fue del Sr. Presidente. El secretario de Hacienda respalda y acata al 100% sus decisiones en ésta y en todas las materias".

A su vez Enrique Berruga, exrepresentante de México ante las Naciones Unidas (2003-2007) y exsubsecretario para América del Norte, escribió un artículo en El Universal donde hizo un balance muy crítico de los resultados de la visita de Trump y se refirió a la humillación que el magnate les causó a Peña Nieto y a todos los mexicanos durante su discurso en Arizona, la misma tarde del miércoles 31.

"El saldo inicial es que estamos peor que antes de la visita", escribió Berruga. "Los demócratas molestos, los paisanos desamparados, los mexicanos sin sentir que se haya hecho una defensa de nuestros valores y nuestra posición en el mundo. Nos metimos a querer o no en la política interna de Estados Unidos, mientras el señor Trump termina la visita con aura de que, efectivamente, es capaz de imponerse sin concesiones y, ahora, con mayores...

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