Enterrado vivo...

AutorGloria Leticia Díaz

JIUTEPEC, MOR.- Un moño negro empolvado sobre el marco de la puerta de la casa de la familia Sánchez Santana muestra el dolor que durante un año han padecido los padres y hermanas de Jethro Ramsés, un joven asesinado e inhumado clandestinamente por soldados del 21 Batallón de Infantería con sede en Cuernavaca.

En la misma construcción hay dos negocios. Uno es el de Jethro Ramsés, que era ingeniero mecánico y empresario; el otro es el taller de su padre, Héctor Sánchez López. El inmueble está en remodelación y don Héctor, por ahora su único habitante, explica: "Mi mujer y mis hijas no soportan estar aquí sin llorar". Por eso quiere construir en el lugar una preparatoria que incluya capacitación en mecánica-eléctrica y que lleve el nombre de su hijo.

El 1 de mayo de 2011, el joven ingeniero fue detenido ilegalmente. Las autoridades municipales lo entregaron a policías federales y éstos a los militares. Durante dos meses el joven ingeniero permaneció en calidad de desaparecido, hasta que su familia exigió la aplicación de pruebas de ADN para saber si un cadáver hallado en Atlixco, Puebla, era el del joven. La identidad se confirmó en agosto de ese año.

Junto con Jethro Ramsés fue arrestado Horacio Hernández Demesa, tras presenciar un pleito en una taquería de feria en Cuernavaca. Ninguno iba armado, pero policías municipales bajo el mando de Manrique González Acosta afirmaron que los jóvenes se ostentaron como miembros de la banda del narco conocido como Negro Rodilla, presunto autor intelectual del asesinato de Juan Francisco Sicilia y seis personas más.

Aclarados los hechos, en julio de 2011 fueron detenidos el teniente José Guadalupe Orizaga y Guerra y el subteniente Ed-win Raziel Aguilar Guerrero, integrantes de la Fuerza de Reacción del 21 Batallón de Infantería, y procesados por tortura y homicidio calificado.

El 13 de noviembre fue arrestado el coronel del batallón, José Guadalupe Arias Agredano, quien estaba prófugo desde el 20 de julio. Sobre él pesan cargos de encubrimiento de primera clase en los delitos de lesiones causando homicidio e inhumación clandestina, así como por deserción y abandono del servicio.

El mismo mes fue sometido a proceso por falsedad de declaraciones el policía municipal González Acosta, en libertad bajo caución.

De acuerdo con las declaraciones iniciales de los militares, después que los policías entregaron a Jethro y Horacio al 21 Batallón de Infantería, el primero fue "interrogado" en la herrería y murió, pese a los supuestos intentos de personal de sanidad por ayudarlo. Procesados en tribunales castrenses, los tres oficiales están en espera de que se determine si su juicio será bajo el fuero militar o el civil.

En tanto, el general Leopoldo Díaz Pérez, quien era responsable de la XXIV Zona Militar (a la que está adscrito el mencionado batallón), fue removido de su cargo en julio de 2011. Cabe...

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