Los enredos por venir

AutorClaudia Ramos

Los últimos dos meses no han reportado buenas noticias para la administración del presidente Ernesto Zedillo. Las cuentas que cuadraban antes de la jornada electoral del 2 de julio ya no son tan claras como aparentan. Ni siquiera en materia económica.

Entrevistados por Enfoque, el consultor de empresas extranjeras en México, Rogelio Ramírez de la O; la investigadora de El Colegio de México, Brígida García, y los académicos del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, Luis Astorga y Ricardo Pozas Horcasitas, evalúan

este último tramo del sexenio zedillista y coinciden en que los conflictos surgidos a tres meses del cambio de poder están relacionados entre sí.

Afirman, además, que estos escándalos políticos, e incluso de

seguridad nacional, dejan peligrosos expedientes abiertos para la próxima administración.

En opinión de Pozas Horcasitas, los sucesos de las últimas semanas son "concomitantes y correspondientes" y tienen su origen en la pérdida del poder presidencial, sobre todo ante el PRI.

"Lo que vimos de los grupos priistas disputándose a balazos el poder en Chimalhuacán, lo que vimos del ex senador perredista golpeando policías y policías golpeándose entre ellos, nos denota un problema serio, que puede en los últimos 100 días dar una imagen difícil de la estabilidad que se logró con el triunfo del PAN y de Fox", considera.

Astorga coincide en que los escándalos políticos y policiacos, que van desde el caso del Registro Nacional de Vehículos hasta la detención de los generales del Ejército Arturo Acosta Chaparro y Francisco Quirós Hermosillo, acusados de narcotráfico, le dejan al Presidente electo, Vicente Fox, el expediente de la relación entre la política y el crimen organizado, y la institucionalidad de los cuerpos policiacos.

En el manejo macroeconómico, Ramírez de la O asegura que hay un par de "sorpresas malas" que no son conocidas por el mercado y que pueden forzar al equipo del Presidente electo, Vicente Fox, a realizar un ajuste fiscal para equilibrar el presupuesto del 2001 a una situación más realista en cuanto se estabilicen los precios del petróleo.

El hecho es que en el primer semestre del año, el último gobierno priista gastó más de lo que tenía previsto para este año y su excedente lo cubrió a su vez con los excedentes petroleros en lugar de ahorrarlos, según los reportes del Banco de México y de la Secretaría de Hacienda.

El problema, que pareciera solucionado, es que esto ha provocado un sobrecalentamiento de la economía y cuentas fiscales que no se van a sostener en cuanto se estabilicen los precios de los hidrocarburos, lo que puede ocurrir a inicios o mediados del 2001, estima Ramírez de la O.

Esta irregularidad en el manejo macroeconómico va acompañada de las condiciones de vida deficitarias que padece el 65 por ciento de la población que, de acuerdo con la demógrafa Brígida García, hará crisis en las tasas de desempleo si no se corrige el rumbo.

Todos estos hechos, conocidos después de la jornada electoral del 2 de julio, marcan un fin de sexenio en el que el presidente Zedillo tendrá la responsabilidad de lo que pase incluso después del 1o. de diciembre, de acuerdo con Pozas Horcasitas.

Recibir de más y gastar de más

Mientras el país conocía de los escándalos provocados por el Renave, la detención de los generales y el enfrentamiento entre priistas en Chimalhuacán, reportes del Banco de México y de la Secretaría de Hacienda "dejaban pasar" información económica vital para el equipo del Presidente electo.

De acuerdo con el consultor Rogelio Ramírez de la O, estos reportes revelan cuentas fiscales que no son tan puras como el gobierno zedillista quiere pretender.

El consultor de empresas extranjeras en México explica que, según las cifras oficiales, el gobierno sí gastó de más en el primer semestre del año y este gasto lo cubrió con los excedentes del petróleo.

"Si se ven las cifras consolidadas de los dos primeros trimestres, hay un exceso en el crecimiento del gasto programable, que creció a una tasa real del 13.3 por ciento, si se compara con la tasa de crecimiento en el presupuesto del 2000, que estaba proyectada para todo el año en 4 por ciento.

"Entonces, si se toma en cuenta que se tenía proyectado 4 y resultó que el crecimiento fue de 13.3, el exceso del gasto programable del primer semestre es de aproximadamente 10 puntos porcentuales por encima del presupuesto, en términos reales. Como la inflación fue de 10 por ciento equivalente en el mismo periodo, entonces el

exceso sobre el programable en realidad fue de 20", indica.

"Es decir, que un exceso del 20 por ciento en un gasto programable de 390 mil millones de pesos son 65 mil millones de pesos, que equivaldrían como a 6 mil 500 millones de dólares.

"Al mismo tiempo, el ingreso por derechos de hidrocarburos tuvo un crecimiento también en términos reales de 143 por ciento, que se compara con el crecimiento que estaba previsto en el presupuesto para el 2000, que era de 38 por ciento. Si comparamos ambos factores, el ingreso por hidrocarburos resultó ser casi de 100 por ciento excesivo sobre el presupuesto, y con la inflación del 10 por ciento,

resultó de 110 por ciento.

"Si el ingreso petrolero fue de 89 mil millones de pesos, entonces el exceso de ingreso...

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