Empresa / Cuesta abajo

AutorAlberto Barranco Chavarría

De acuerdo al recuento de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, al primer trimestre del año el conjunto de la baraja con que el régimen enfrenta su responsabilidad de financiar el crecimiento, alcanzó una pérdida neta de 581 millones 907 mil pesos... a los que se suman los 9 mil 618; cuatro mil 383; mil 515, y 471 registrados en cada uno de los lapsos similares del año pasado.

A quién le importa si en el camino a Nacional Financiera se le rescató de la quiebra al traspasarse a un fideicomiso externo, administrado por ella misma, sus préstamos vencidos cuyo monto original alcanzaba 22 mil millones de pesos... que se convirtieron en 100 mil al paso de los años de imposibilidad absoluta de cobro.

A quién le importa, en adición, si al desaparecido Banco Nacional de Crédito Rural se le inyectó en 1998 oxígeno por 4 mil millones de pesos para hacer frente a un formidable boquete en su fondo de pensiones; más tarde se le compró, vía la pantalla del Fideicomiso Liquidador de Instituciones Financieras y Organismos Auxiliares (Fideliq) un paquete de préstamos en larga cartera vencida por 12 mil 500 millones, para rematar con una inyección, a título de finiquito de su estructura laboral y creación de reservas para hacer frente a su formidable cartera vencida, por 77 mil millones de pesos... 18 mil de los cuales se extrajeron olímpicamente de las cuentas para el retiro no reclamadas que administraba el Banco de México.

A quién le importan, en abundancia, la feria de pensiones prematuras a sus ex funcionarios que lanzan en calidad de bolo la propia Nacional Financiera, Banrural y el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), a la par de las jugosas compensaciones por antigüedades inexistentes que se autorecetan los mandos superiores del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext).

Y si le seguimos, a Banobras se le acaba de autorizar el aprovechamiento, es decir, la absorción de 8 mil 700 millones de pesos por la garantía que le otorga a sus pasivos, con lo que la intermediaría pudo capitalizarse.

El caso es que el conjunto de bancos con sello oficial arrastraba hasta marzo del año pasado una cartera vencida bruta de 17 mil 229 millones de pesos, de los cuales más de la mitad, es decir 8 mil 875 están clasificados en el último renglón de posibilidades de cobro, es decir irrecuperables... digo para no hablar de los 7 mil 800 millones ubicados en el casillero inmediato anterior, esto es con un alto grado de riesgo.

El total de los...

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