Ejército y elecciones: todo vale

AutorErubiel Tirado

Las cifras para la consolidación del poder unipersonal de Andrés Manuel López Obrador, hoy por hoy, ya no cuadran con el escenario electoral optimista de hace ocho semanas. A la luz de la abierta e ilegal injerencia electoral del presidente (y por lo que se juega en intereses facciosos), la variable militar tendrá un papel importante más allá de velar por la seguridad pública (responsabilidad que se le entregó indebidamente). Junto a la nueva pax-narca de AMLO, a partir de estas elecciones es previsible la aparición de prácticas renovadas de operación político-militar que concluyan la imposición autoritaria del populismo armado.

Unidad nacional y fracaso de la memoria

Más en tono de arenga que de conciliación social ante la polarización política que impulsa el presidente, el llamado a la "unidad nacional" del secretario de la Defensa (5 de mayo) revive la retórica de los años cincuenta del siglo pasado en que el autoritarismo priista se consolidaba luego del sometimiento civilista y político del Ejército. Un tiempo en que fue común ver a soldados y marinos desplegados en las llamadas "brigadas volantes de votantes" que, en "operación carrusel", visitaban casillas para sufragar, una y otra vez, por el partido en el gobierno (es más conocida la versión civil de esta modalidad de fraude, pero se suele dejar de lado la actuación militar en la movilización electoral).

Esta práctica cayó en desuso con la lucha por la democracia electoral, por el respeto al voto en las calles en los años ochenta, y por la imposibilidad de votar más de una vez (gracias a un nuevo padrón ciudadano depurado, con la credencial electoral con foto como elemento antifraude). La presencia de observadores extranjeros junto con la sociedad civil organizada del país ayudó a inhibir prácticas fraudulentas o de intimidación de votantes. El incipiente sistema electoral y de partidos al final de esa década, confinaron el papel militar al transporte, vigilancia y resguardo de materiales electorales (tarea por la cual cobran e imponen condicionamientos diversos).

En la lógica castrense que identifica a la persona del presidente con el pueblo, en los tiempos actuales el discurso del general Sandoval anticipa y justifica su injerencia política (de respaldo al partido de Estado y al "ciudadano" presidente) con el pretexto del "deber patriótico", tal como ocurría hace más de medio siglo. En esta óptica, no hay fraude ni ilegalidad alguna, sino la obligación moral indeclinable de...

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