Eduardo Sánchez/ Radio y television: ¿Qué hay de su viabilidad económica?
| Autor | Eduardo Sánchez |
Es innegable que la radiodifusión comercial y los asuntos relativos al poder, han estado íntimamente ligados. Quien pudiera tener alguna reserva al respecto, seguramente no ha analizado a fondo el efecto que tuvo en el año 2000, la campaña de Vicente Fox Quesada cuya principal característica fue la utilización exhaustiva de los medios de comunicación, muy particularmente la radio y la televisión.
La mesa del diálogo para la reforma de la Ley Federal de Radio y Televisión que se integró el año pasado y que coordina la Secretaría de Gobernación, prácticamente ha menospreciado cualquier tema que no esté vinculado, directa o indirectamente, con asuntos político-electorales, lo cual evidencia la miopía con que algunas personas están abordando tan delicado tema.
Y es que la mayoría de quienes han participado en el debate de estos asuntos, pierden de vista -o no quieren ver-, que las empresas concesionarias de radiodifusión comercial son eso: empresas. En la época del Presidente Echeverría, los empresarios eran vistos como un mal necesario y la generación de utilidades como la vergonzosa consecuencia de sus impúdicas actividades; sin embargo esas épocas ya han quedado atrás y apenas hace muy poco que desde el Gobierno, se empezó a ver a las empresas como fuente de creación de riqueza susceptible a ser distribuida vía salarios, impuestos, utilidades y compras.
Es por eso que la viabilidad económica de las estaciones de radio y televisión, no puede ni debe excluirse de las discusiones para reformar la Ley vigente. En algunos casos, la libertad editorial de un medio de comunicación puede ser directamente proporcional a su salud financiera y eso es muy peligroso. En Estados Unidos de América la mala planeación del crecimiento de la industria; es decir, la asignación indiscriminada de estaciones de radio a todo lo largo y ancho de su territorio, trajo como consecuencia la quiebra de una gran cantidad de estaciones; la fusión de muchas empresas radiodifusoras y la proliferación de formatos de programación amarillistas, morbosos y de muy discutible calidad, todo ello en aras de captar audiencia y seguir compitiendo.
En el caso de México, la industria de radio presenta intensos niveles de competencia. En la mayor parte de las regiones de nuestro territorio las estaciones de radio ven amenazada su viabilidad económica de largo plazo, al no generar las utilidades suficientes para recuperar los costos de inversión necesarios para crear y transmitir con...
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