Earl Warren. Renovador de la Suprema Corte de los Estados Unidos

AutorGerardo Laveaga
Páginas36-37

Page 36

Para José Ramón Cossío

Cuando Dwight Eisen-Hower propuso a Earl Warren (1891-1974) como presidente de la Suprema Corte de los Estados Unidos, las críticas no se hicieron esperar: ¿qué méritos judiciales tenía este hijo de inmigrante noruego, además de haber perdido las elecciones de 1948, en las que jugó por la vicepresidencia del país, al lado de Thomas Dewey? ¿Qué podía esperarse de aquel político de 62 años, cuyo mayor logro era haber fungido como gobernador de California durante tres periodos consecutivos?

Warren había estudiado Derecho, había practicado el ejercicio libre de la profesión y había sido fiscal de California, pero ¿bastaba ese currículum para encabezar el Máximo Tribunal de los Estados Unidos? Los nombres que se habían barajado antes de que Eisen-hower hiciera su propuesta ante el Senado eran los de algunos magistrados de toda la vida. Magistrados que conocían al Poder Judicial desde sus entrañas y presumían tener una larga, larguísima carrera judicial...

Paradójicamente, fue la falta de experiencia judicial la que ayudó a Warren a convertirse en uno de los jueces más eficaces de la historia estadounidense. Su falta de experiencia y, claro, la vida que había llevado, en su juventud, como empleado de la Southern Pacific Railroad, donde aprendió a valorar los sufrimientos de los menos favorecidos. Si a esto sumamos su valor, puede entenderse mejor el modo en que llegó a oxigenar a la judicatura. Para él, la Suprema Corte no podía reducirse a un tribunal de casación, un órgano de tercera instancia, encargado de revisar lo que un juzgado de menor rango ya había decidido o, en el mejor de los casos, una institución dedicada a legitimar el statu quo. Los "experimentados magistrados" que habían competido con él por el asiento de justice eran dóciles burócratas, cuya mayor aspiración era conseguir un cargo vitalicio y bien remunerado, a cambio de no generarle problemas a aquellas autoridades que violaban la Constitución.

Warren estaba consciente de que muchos políticos republicanos exigían que la Corte se atuviera al judicial restraint. Esto significaba que si los padres fundadores no se habían pronunciado sobre un tema, los justices de la Corte no tenían por qué atreverse a formular interpretación alguna. Pero él no estaba de acuerdo con esta visión tan estrecha. Aunque él mismo había militado en el Partido Republicano y, más de una vez, había expresado su ideología al respecto, pensaba que el judicial restraint no era...

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