El drama de los Indios de Juárez

AutorBeatriz Pereyra

La primera vez que Mónica Villarreal pensó en que podía morirse fue el jueves 26 de enero, cuando cerca de las 11 de la noche su esposo, Juan Augusto Gómez, exjugador del club Indios de Ciudad de Juárez, le llamó por teléfono para decirle que tomara a sus hijas y se saliera de su casa ubicada en el fraccionamiento Las Palmas, donde vive desde hace un año.

Gómez, quien ahora milita con el equipo Estudiantes de Altamira de la liga de Ascenso, le dijo a su esposa que fue amenazado por Alejandro Villalobos, un empleado del empresario juarense Francisco Ibarra, propietario de Indios hasta el 28 de diciembre pasado, cuando la Federación Mexicana de Fútbol (Femexfut) desafilió al club porque el directivo incumplió con sus compromisos económicos.

"Me preguntó qué estaba haciendo. Le dije que ya me iba a acostar y que las niñas estaban dormidas. Me dijo: 'No, te tienes que salir de la casa. Me acaba de hablar el Alex. Me insultó y me dijo que le pagara la renta o que les iba a pasar algo a ustedes o a mí, acá en Tampico, porque él y Paco (Francisco Ibarra) conocen a mucha gente dentro y fuera de la cárcel que nos puede hacer daño'. Me dijo que el tipo estaba drogado y gritándole, que le pidió que se calmara, pues él nunca le había faltado al respeto; que se conocen desde hace años y también a su esposa e hijas. Le pidió que no hiciera algo de lo que después pudiera arrepentirse. Me contó que el tipo se quedó callado, luego le pidió disculpas y colgó.

"Juan me dijo que de inmediato le marcó a Paco y le contó lo que le dijo Alex, pero que Ibarra le habló con un tono que jamás había usado. Le comentó que independientemente de que nos fuéramos mis hijas y yo, le tenía que pagar la renta de 12 meses. Me volvió a decir: 'Te tienes que ir ahorita'. Le respondí: 'Estás loco, ¿a dónde quieres que me vaya? Son las 11, estamos a cero grados. No me voy a ir acostar con mis hijas a una banqueta", narra Mónica Villarreal en entrevista con Proceso.

Refiere que conoció Alejandro Villalobos en mayo de 2011 cuando se presentó en su casa buscando a su marido. Recuerda que el sujeto sudaba copiosamente, tenía los ojos muy abiertos, las pupilas dilatadas y se balanceaba sobre sus pies sin dejar de moverse ni un momento. "Cerré la puerta rápido y le dije a Juan: 'afuera te busca un droga dicto'. Salió y regresó muy rápido, con el rostro desencajado. Agarró la chequera y firmó un cheque a nombre de ese tipo por 11 mil 500 pesos. Le pregunté quién era y me dijo que un ayudante de Paco, que lo había mandado a cobrarle la renta".

Desde ese día, Mónica Villarreal, madre de un par de niñas de dos y nueve años, ha vivido en la zozobra. A la incerti-dumbre de que Francisco Ibarra no pagaba a tiempo los sueldos de los jugadores se sumó la presión de pagar la renta por la casa que el mismo dueño del equipo les había prestado para vivir.

Desesperada por los adeudos económicos que Ibarra mantiene con todos los jugadores que han militado en Indios desde antes de que subieran a Primera División (en mayo de 2008), pero sobre todo por los abusos que ha cometido contra Juan Augusto Gómez, Juan de la Barrera, Tomás Campos, Manuel Tripa Pérez, Ed-win Santibáñez, Julio Daniel Mcdeno Frías y...

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