Ponencia presentada por la Lic. Doraye Rueda del Valle, en el Congreso Internacional de Grafología organizado por la Asociación Grafopsicológica de España

AutorDoraye Rueda del Valle
Páginas311-315

Celebrado en Madrid, España, en febrero de 2002.

Page 311

Distinguidos miembros del presidium, amable auditorio:

Me siento muy honrada de compartir con ustedes el conocimiento de la grafología en este Congreso, y quiero resaltar que este tipo de eventos es muy estimulante, gratificante y alentador, máxime que el grafólogo permanece siempre en contacto con la vida, inédita y asombrosa,1 y con la humanidad, para tratarla, tanto en su persona como en la persona de otro, siempre como un fin y nunca sólo como un medio,2 que es lo que me inspira para presentar una ponencia de reflexión, que titulé Grafología, alma y felicidad.

He aquí una prueba para verificar si tu misión

como grafólogo en esta tierra ha concluido:

Si estás vivo, no ha concluido.

El verdadero grafólogo ama su profesión de manera tal, que el día que su hijo le pide consejo sobre su destino, considera un honor proponerle que se haga grafólogo, porque la profesión de grafólogo no es sólo un trabajo más, no es invertir o vender el tiempo, sino la fuente de donde fluye un gran torrente de creatividad, de amor, de entrega y de realización.

Quien se dedica a esa materia, en sus análisis logra, con vocación, el asombroso momento del equilibrio y la armonía, cuando las voluntades grafólogo-alma, Page 312 están comprometidas a descubrir el yo interno, a través de ese movimiento dinámico de expresión y testimonio personal con huella en el papel, que es la escritura.

Este fantástico fenómeno no sucede sólo en un lugar específico, sino en cualquier sitio y momento donde existan seres deseosos de abrir sus puertas hacia la vida interior del hombre: el grafólogo, amando su trabajo cada vez más a medida que pasa el tiempo, tratando en cada análisis de renovarse, sabiendo también aprender, estudiando de nuevo lo que ya creía dominar, logrando instruir y, mejor todavía, crecer, cuando encuentra frente a sí, a un ser capaz de forjar su destino y participar activamente en su propio proceso integral, decidiendo y sintiendo la riqueza de vivir plenamente como ser humano.

El vivir plenamente como ser humano se experimenta en muchos sentidos, habiendo diversas clases de almas, pero cada ser viviente posee una, y en nuestra disciplina de la grafología, se enuncia un principio que indica que el alma es un complejo infinito, y así como no hay dos almas iguales, tampoco existen dos grafismos iguales.3

El complejo infinito a que se refiere este principio, parte del alma vegetativa, o de carácter vegetativo, en sus funciones de nacimiento, nutrición y desarrollo; continúa por el alma sensitiva, o de carácter sensitivo-motor, en sus funciones de sensación y movimiento; y, llega al alma racional, o de carácter intelectivo, en sus funciones de conocimiento, deliberación y elección.4

El alma vegetativa la poseen las plantas, los animales y los seres humanos; del alma sensitiva carecen las plantas; y, el alma racional es el alma privativa del hombre, que le implica las otras funciones elementales.

El grafólogo es el artista, experto y capaz de descubrir el complejo infinito, quedando en total conexión con un alma: le toca estudiarla, le toca penetrar en ella, sin olvidar que el ser humano es una unidad...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR