Disparos de sabor
| Autor | Claudio Poblete |
Dicen en el ámbito culinario que la formación de un chef puede ser muy extensa. Todo depende de las ganas que tenga de conocer.
Una prueba de este ímpetu lo tiene el chef argentino, Felipe Catalano, del restaurante Controne, quien suma estudios en Madrid, Londres y París en su carrera. Tanto en el ámbito culinario como en sus dos otras grandes pasiones: la actuación y las finanzas.
Ha realizado estudios en el teatro de 'La Rue Blanche', en París, y actuación en el Centro de Estudios Actorales (CEA), en México.
También estudió Administración de Empresas en el ITAM y una Maestría en Finanzas, entre el ITAM en México y la Getulio Vargas, en Río de Janeiro, Brasil.
Lo anterior demuestra que el conocimiento no tiene límites cuando se trata de los verdaderos intereses; sin embargo, su pasión por la cocina lo ha llevado a dedicarse completamente a ella.
"Siempre me gustó el arte de los sabores; los ingredientes, las temperaturas y texturas, los aromas y la presentación de los platillos han estado siempre presentes conmigo.
"He tenido la suerte de probar cambios desde temprana edad. La característica de la cocina que más disfruto es el poder conocer y comparar la comida en todo momento", asegura.
Catalano llega a Francia en 1985, a la edad de 10 años, con una gran enseñanza bajo el brazo, y es que en Argentina el arte de la parrillada es algo que se transmite de generación en generación y se refuerza cada fin de semana familiar.
"Si hacemos cuentas hacíamos los 54 fines de semana del año por dos (sábado y domingo), unas 100 parrilladas, por lo que a la edad de 10 años ya había ayudado a mi abuelo a hacer unas 400 ó 500 parrilladas.
"Sabía prender el fuego y lentamente con la costumbre y tradición cocinar para la familia entera que en ocasiones llegaba a más de 140 integrantes", recuerda.
Cuenta que cuando llega a Francia no tenía la sabiduría para entender ni disfrutar de la comida local, por lo cual no solamente recreaba las parrilladas de su abuelo, sino también varias recetas familiares.
"Con mi papá hacíamos las pastas a mano, mismas recetas que de mi bisabuelo. Pasábamos tardes completas amasando, dejando reposar y estirando o laminando las pastas. Era costumbre cuando íbamos a casa de amigos que llegáramos antes para cocinarles.
Años después, emigró a México con...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba