Militarización disfrazada de Cruzada contra el Hambre

AutorMarcela Turati

A medio centenar de comunidades de La Montaña y la Costa Chica de Guerrero llegaron, en agosto, camiones cargados de soldados con brazaletes amarillos distintivos del Plan DN-III, que usa el Ejército para auxiliar a la población en los desastres naturales. Aunque no había una emergencia de ese tipo, los pobladores vieron a los recién llegados bajar colchonetas, grandes ollas y cajas con víveres e instalarse en el corazón de sus pueblos, donde colocaron amplias lonas con la justificación de su presencia: "Cruzada Nacional contra el Hambre".

Los presidentes municipales explican a los comisariados ejidales que los soldados se quedarán unos meses (unos dicen tres, otros seis) para alimentar a la gente, construir comedores comunitarios, dar consultas y medicamentos, cortar el pelo gratis y enseñarles a las mujeres a cocinar para los niños. Se instalarán en 500 comunidades.

Desde la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) esta estrategia fue bautizada inicialmente como "Plan DN-III Social" y se aplica -según los críticos del proyecto- justo en poblaciones que conservan una negra memoria del Ejército por su historial de violaciones a los derechos humanos. Algunas, en este mismo momento están siendo perseguidas y criminalizadas por haber creado su propia policía comunitaria.

Para algunos, la estrategia es de ocupación y en este momento parece esquizofrénica. En comunidades como El Paraíso, Ayutla, la gente ha visto llegar en los mismos días a "soldados buenos" que alimentan a los niños e intentan fomentar nuevos hábitos alimenticios, y a "soldados malos" que desarman a sus policías, someten a la población y encarcelan a sus líderes.

Desde La Montaña de Guerrero, la región que encabeza los índices más altos de miseria en el país, el antropólogo Abel Barrera señala, preocupado: "Ahora resulta que se va a meter a la médula de la vida comunitaria de los pueblos un actor armado que quiere tener el control de la población a través de la dotación de alimentos. Esto es una remilitarización".

La estrategia ha puesto en un dilema a las comunidades. Varias han anunciado su rechazo a la presencia del Ejército aunque eso implique pasar hambre.

Los soldados fueron introducidos en varias poblaciones de La Montaña y la Costa Chica de la mano de la titular de la Sedesol, Rosario Robles, quien anunció el 13 de agosto que será en 500 pueblos de 27 municipios de la entidad donde personal de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) instalarán igual número de comedores.

"Se pusieron en marcha hoy una serie de tareas relacionadas con la alimentación, con la salud, y el mejoramiento de la calidad de vida de todas estas comunidades (...) Estamos iniciando con brigadas médicas, todas estas labores las estamos haciendo conjuntamente con la Comisión de los Pueblos Indígenas, Sedesol, y con la Sedena y la Marina, que con su tradicional...

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