El dilema británico

AutorLeonardo Boix

LONDRES.- El cartel con el eslogan antieuropeo "Vote to Leave" (vota por salir) cubre el frente de una típica casa inglesa en el número 25 de Savernake Road, en el barrio de Gospel Oak en esta ciudad. Del otro lado de la calle, otro afiche anuncia "I'm in" (Estoy dentro), dando a entender que allí se votará por que Gran Bretaña permanezca en la Unión Europea (UE). Esa división entre los votantes a favor y en contra del llamado "Brexit" -contracción de la frase "British exit", para referirse a la posibilidad de que el país salga del bloque comunitario- se profundiza a medida que se acerca la fecha del voto crucial: el próximo jueves 23, unos 45 millones de británicos podrán decidir en las urnas si su país permanece en el bloque comunitario o se separa del grupo de 28 naciones, al cual pertenece desde 1975.

La victoria de los conservadores en las elecciones generales de mayo de 2015 en Gran Bretaña obligó a cumplir la promesa de campaña hecha por el ahora primer ministro, David Cameron, para convocar a un referéndum sobre la permanencia británica en la UE.

El mandatario inglés prometió convocar a ese voto tras las presiones de sus propios parlamentarios "euroescépticos" y ante el avance del eurofóbico y xenófo-bo Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), que lidera Nigel Farage.

Durante gran parte del invierno, Cameron se embarcó en una maratónica campaña por distintas capitales europeas para renegociar los términos de la membresía británica, negociaciones que concluyeron en una cumbre de dos días en Bruselas, los pasados 19 y 20 de febrero.

Dicho acuerdo permite darle a Gran Bretaña "un estatus especial" dentro del bloque si vota por permanecer en la UE, e incluye mantener permanentemente la libra esterlina como su moneda, no tener que formar parte de una mayor integración política de la Unión y limitar las prestaciones sociales a los migrantes de otros países europeos.

Los líderes europeos aceptaron además crear un "freno de emergencia" que permita al Reino Unido suspender el acceso de los inmigrantes europeos a determinados complementos salariales, durante sus primeros años de trabajo en el país.

Una vez activado el mecanismo, el gobierno podrá hacer uso de él durante un periodo máximo de siete años y no de los 13 a los que aspiraba Cameron.

También podrá ajustar al precio de costo de vida en el país de origen, las ayudas por hijo que le correspondan al trabajador si el menor no reside en el Reino Unido, medida no retroactiva que se aplicará desde su aprobación a los recién llegados y, tras un periodo de transición hasta 2020, a los que ya residen en el país.

Además se incluyó una cláusula que especifica que las condiciones del acuerdo quedarán sin valor si el resultado del plebiscito británico es contrario a la UE.

Otro logro del gobierno británico es una salvaguarda que permite a un Estado, que no integre la moneda única, aplazar políticas económicas de la eurozona o de la unión bancaria, si las considera una "amenaza" para sí.

En la balanza

Muchos analistas políticos en el Reino Unido coinciden en que la mayor incerti-dumbre asociada con la salida de la UE es que hasta ahora ningún país europeo optó por ese camino, y por ello es difícil pronosticar las consecuencias.

Si el Reino Unido abandona la UE, ello llevará de inmediato a un aumento de los ahorros para las arcas del país, pues el Estado británico no deberá contribuir más al enorme presupuesto europeo. En 2015 Gran Bretaña destinó 13 mil millones de libras...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR