Diez años de una nueva libertad

AutorMarta Lamas

A la Ciudad de México han llegado mujeres provenientes de todas las entidades federativas, y los datos actuales hablan de que más de 80% llega a solicitar la ILE antes de las ocho semanas de gestación. Esto favorece que las ILE se lleven a cabo con un método no invasivo: las pastillas. A las usuarias les explican en qué consiste el aborto con medicamento, les dan instrucciones por escrito, y ellas se van a hacerlo a sus casas. Días después regresan a una revisión. ¡Nadie ha faltado a ella!

El aborto siempre ha sido posible. Las mujeres lo han practicado en todas las épocas y en todas las culturas como medio de librarse del destino no deseado que cobra forma en la maternidad impuesta. Abordar el tema del aborto implica enfrentar los dilemas actuales que nos plantean el desarrollo, la ciencia, la razón y la libertad. No es posible formular la complejidad de las cuestiones asociadas con la interrupción voluntaria del embarazo en un maniqueo posicionamiento de "a favor" o "en contra". ¿Quién puede estar "a favor" del aborto? Todas las personas coincidimos en el deseo de que nunca más una mujer tenga que abortar. Nadie en su sano juicio puede estar "a favor", así, en abstracto. Por otro lado, ¿qué significa estar "en contra"? ¿Acaso se pretende impedir que las mujeres violadas aborten, que las que tienen embriones con patologías graves tengan que llevar a término sus embarazos, o que las embarazadas en peligro de morir sean sacrificadas por la llegada de una nueva vida? Por eso no hay que confundirse. Si bien todas las personas deseamos que se terminen los abortos, discrepamos radicalmente en cómo lograr ese objetivo compartido: unas personas piensan que hay que prohibir todos los abortos, mientras que otras pensamos que hay que despenalizar esa práctica.

Aunque ambas posturas sostienen que es importante prevenir los abortos, una aboga por una amplia educación sexual y una gran difusión de los métodos anticonceptivos, en tanto la otra argumenta que hay que restringir la actividad sexual a su práctica dentro del matrimonio, que el único método anticonceptivo válido es el ritmo y que la abstinencia sexual es la única opción legítima para los jóvenes.

Las cifras de embarazo adolescente e iniciación de la vida sexual juvenil fortalecen mi escepticismo respecto de las vanas ilusiones de los conservadores. La fuerza...

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