Días de violencia, rumores y pánico

AutorVerónica Espinosa

CELAYA, GTO.- Las primeras 11 semanas del año la entidad se ha visto inmersa en la violencia. Apenas el martes 10 la delincuencia mostró su poder táctico y de movilización al sitiar durante varias horas Celaya y las ciudades aledañas. Detrás de ese despliegue estuvo el Cártel de Santa Rosa de Lima, cuyos integrantes protegieron a su líder, José Antonio Yépez Ortiz, El Marro.

Ese cerco, el más amplio hasta ahora, abarcó los municipios de la región Laja-Bajío: Celaya, Villagrán, Juventino Rosas, Comonfort, Cortázar, Apaseo el Grande, Apaseo el Alto, Tarimoro y Jaral del Progreso, cuya población sobrepasa el millón.

Ese martes 10 en las carreteras estatales y federales que atraviesan la región y en las entradas a Celaya hubo bloqueos en por lo menos 15 puntos entre las 14:00 y las 17:00 horas. Varias poblaciones quedaron prácticamente incomunicadas.

Enero reflejó una violencia que provocó más de 400 asesinatos; en febrero y lo que va de marzo esa tendencia se ha duplicado.

El primer bimestre de 2020, en Celaya se quintuplicaron los homicidios con respecto al periodo correspondiente al año pasado; en León se duplicaron, según los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad y los casos documentados por los medios locales.

El domingo 8, cuando miles de mujeres se alistaban para marchar contra la violencia feminicida en varias ciudades guanajuatenses, en Salamanca fue asesinada Nadia Verónica Rodríguez Saro Martínez, estudiante de relaciones internacionales en la Universidad Iberoamericana (Uia) campus León.

Ese fin de semana Nadia estuvo con su familia. Iba a sumarse a la marcha en Salamanca. Desde la Ibero había participado en un simulacro previo a la movilización del domingo 8, incluso publicó su fotografía como si fuera una mujer desaparecida.

El sábado 7 había ido a una fiesta. Regresaba de dejar a una amiga por el camino de la comunidad La Ordeña cuando unos desconocidos le dispararon.

Por la noche del domingo 8 estalló un coche-bomba dentro de las instalaciones de la Feria de la Navidad en Celaya, a unos metros de las puertas de la base de la Guardia Nacional.

Zozobra estudiantil

Oteros es una comunidad cuyo acceso se entrecruza con el camino de La Ordeña, el mismo camino por donde Nadia Verónica Rodríguez conducía su automóvil la madrugada del domingo 8. Ahí, como en muchos puntos de esa región la actividad huachicolera es una constante, así como el narcomenudeo.

Esa madrugada los lugareños vieron salir del camino...

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