El diálogo y los principios de la no-violencia desde una cultura de paz
| Autor | Cristina García Rendón Arteaga |
| Cargo | Doctora en Humanidades, investigadora del Instituto de Estudios sobre la Universidad, UAEM |
| Páginas | 12-14 |
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Cristina García Rendón Arteaga
El diálogo y los principios
de la no-violencia desde
una cultura de paz
En este documento se presenta una recopilación de
la
propuesta gandhiana desde la visión del fi lósofo
belga nacionalizado mexicano, Juan-María Par
ent
Jacquemin, fundador del Programa de No-violencia
dentro de la universidad en 2004, en 2011 se jubila,
dejando fuertes semillas de la fi losofía del
Ahimsa
o de la No-violencia.
D
adas las condiciones actuales de pobreza, dolor
y humillación en las relaciones humanas es nece-
saria l
a refl exión y la puesta en marcha de accio-
nes que permitan el respeto a la dignidad, la jus-
ticia y la verdad. Como menciona Parent (2007),
la No-violencia es una respuesta alternativa a la
violencia y la injusticia, es acción, es la lucha de
los pobres que no tienen más armas que su inteli-
gencia y su propio cuerpo. La No-violencia que no
pega, que no abofetea, que no hiere, que no mata,
mantiene al adversario en una posición digna para
que el diálogo sea posible.
Desde un pun
to de vista fi losófi co, Parent (2011:
65) advierte que la No-violencia es “la conciencia
de la importancia, del valor y del poder de cada ser
humano, incluyéndose a sí mismo. La No-violencia
es sobre todo una manera de ser, de actuar en el
confl icto: una herramienta que permite construir
la armonía entre los seres creando en cada uno la
dignidad y el respeto profundo del otro”.
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La No-violencia es entonces: “Una búsqueda
y una sabiduría que dan sentido al destino
de cada cual y a la historia de la humanidad;
una manera respetuosa de vivir
y de actuar
de los hombres y de la naturaleza y una
manera respetuosa de luchar del advers
ario
—que no excluye la presión ni la coacción—
y abierta a la negociación y a la reconcilia-
ción” (Parent, 2011: 67).
Parent (
2006) considera dos clases de vio-
lencia: directa y de respuesta. La primera
de ellas se ejemplifi ca a partir de accio-
nes como la del patrón que no paga un
salario jus
to; la del comerciante que roba a
sus clientes; la del administrador guberna-
mental que desvía fondos públicos; la del
diputado que no representa a la po
blación
sino que atiende las órdenes de su partido;
la de aquellos que cobran impuestos injus-
tos o mal utilizados; las que implican la pro-
hibición de hablar, escribir, opinar, pensar; el
ecocidio, entre otras.
La vi
olencia de reacción o de respuesta es
aquel
la relacionada con acciones enfocadas
en la destrucción, tal es el caso de los grafi -
teros, del
marido golpeador, el ladrón o el que
por propia mano
pretende ejercer la justicia.
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