Cuando el DF fue epicentro de la cultura en habla española

AutorHomero Aridjis

Brooklyn, NY.- La idea del libro surgió a través de los años, se fue haciendo con la vida misma, con la experiencia personal de convivir con escritores y artistas. Quizás desde la noche aquella cuando llegué por primera vez al Centro Mexicano de Escritores, que era el epicentro de la nueva literatura mexicana que estaba manifestándose en los años cincuenta con Pedro Páramo y El Llano en llamas, de Juan Rulfo; El laberinto de la soledad y La estación violenta, de Octavio Paz, y Varia Invención y Confabulario, de Arreola, entre otros tantos libros de prosa y poesía.

Aparte del movimiento cultural que estaba teniendo lugar en el México de mediados de siglo (en literatura, arte, música y cine), la Ciudad de México era una capital que era el epicentro de la cultura en habla española. No sólo una gran motivación para nosotros los mexicanos, sino también para los latinoamericanos, asilados en nuestro país cuando eran frecuentes los golpes de Estado.

No hay que olvidar a los poetas de iniciación al éxtasis de los huicholes, los tarahumaras y los mazatecos, como las veladas de María Sabina, la sabia de los hongos alucinantes, que tanta fascinación provocaron en Malcolm Lowry, Jack Kerouac, Philip La-mantia, y los beats, y hasta en el tremendo William Burroughs, quien vivió, se drogó (y mató a Joan Vollmer en la colonia Roma).

Desde Antonin Artaud, André Breton, Luis Buñuel, Leonora Carrington, Remedios Varo y varios poetas, cineastas, fotógrafos y antropólogos, México fue un país de descubrimientos existenciales y mágicos. Podríamos hablar de un periodo cultural que se llamaría la fascinación por México. Los peones son el alma del juego es un libro que recoge mi vida privada, así como mi experiencia de la vida urbana de ese periodo.

La aparición de los escritores mexicanos en Los peones son el alma del juego no sólo es anecdótica, creo que contribuye al conocimiento de su personalidad y de su obra. Por ejemplo, qué personaje rulfiano es más grande que el mismo Juan Rulfo, su forma de ser y de hablar rulfianos. La creación de Pedro Páramo no es casual, salió de las entrañas mismas de Juan Rulfo, de su pasado en los pueblos de Jalisco y de su vida elusiva en diferentes colonias y cantinas de la Ciudad de México.

Lo mismo para comprender las invenciones literarias de Arreola es útil conocer las tribulaciones económicas del jugador de ajedrez empedernido que era Arreola. Para explicarse la erótica de Toledo es útil conocer su tormentosa relación con...

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