El desplegado del engaño

AutorErnesto Villanueva

MEXICO (APRO).- El viernes 18 de octubre y el domingo 20, en Proceso y otros medios, la Secretaría de Gobernación publicó un desplegado, pagado con recursos del público, para satisfacer intereses de grupo del Presidente Fox y hacer creer que la reforma del Ejecutivo Federal al reglamento de radio y televisión es lo mejor que le pudo pasar a México.

El desplegado es un insulto a la inteligencia de los mexicanos y no hace sino enrarecer aún más el ambiente sobre este complejo tema. Es lamentable que el Gobierno federal recurra a los sofismas y, como siempre, lo haga con recursos de la sociedad que, paradójicamente, debe pagar con sus impuestos el derecho a no saber, sin que pueda hacer nada ante la prerrogativa gubernamental de difundir verdades a medias o mentiras. Existen, por supuesto, argumentos que permiten sustentar estos asertos.

Primero. El desplegado, de entrada, no tiene empacho en afirmar que el reglamento genera "mayor transparencia y certeza jurídica en materia de otorgamiento y refrendo de concesiones y permisos". El argumento no resiste el menor análisis: ¿Qué jurista podría afirmar que la mejor fórmula para lograr transparencia y certeza jurídica es una reforma reglamentaria? Se debe recordar que el reglamento lo único que puede hacer es desarrollar en detalle, sin alterar ni modificar, el sentido de la ley respectiva. Nada más. De esta suerte, persisten la discrecionalidad y la inseguridad jurídica en tanto no se reforme la Ley Federal de Radio y Televisión.

Segundo. El desplegado tiene el cinismo de vendernos la idea de que ahora se abre al público la información sobre los concesionarios y permisionarios de radio y televisión, cuando se trataba de un mandato legal previsto en el título cuarto del Reglamento de 1973, bajo el nombre de "Registro Público de Concesionarios y Permisionarios de Televisión"; además, es un mandato de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental.

Tercero. El desplegado dice que se harán públicos los criterios de clasificación de programas como consecuencia de la iniciación de los trabajos del Consejo Nacional de Radio y Televisión "en donde la sociedad civil estará representada a través de personas, instituciones y organizaciones". Lo cierto es que la única representación en el citado Consejo cumple apenas un cometido formal, con un "invitado permanente" con derecho a voz, pero no a voto.

Cuarto. El derecho de réplica se intenta vender en el desplegado...

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