Despierta un grande

Álvaro Ley y los Saraperos tienen algo en común: durante décadas vivieron a la sombra de los grandes, pero desde el 2009 formaron un "matrimonio" que ha procreado una nueva dinastía en la Liga Mexicana de verano.

Hoy incluso se alistan para desfilar como bicampeones por las principales avenidas de Saltillo a partir de las 17:30 horas.

Conocido en los negocios y en los deportes como "el hermano de Juan Manuel Ley", Álvaro asumió la presidencia de los Saraperos, una franquicia respetada desde su nacimiento en la Liga en 1970, pero que se desvanecía cada vez que acariciaba un cetro.

"¿Por qué siempre nos pasa ésto?", preguntó deprimido el capitán del equipo, Noé Muñoz, tras una de tantas eliminaciones.

Exitoso en la Liga del Pacífico, "El Chino" se cansó de buscar el ansiado cetro con los Saraperos y de lidiar con un incómodo entorno en la Liga Mexicana de verano, por lo que cedió el poder a su hermano Álvaro a inicios del 2009.

Como cerebro del club, Álvaro delegó la parte operativa a su hijo Sergio, quien repartió las responsabilidades en el gerente general, Eduardo "Guayo" Valenzuela, el gerente deportivo, José Luis "Gato" García y el manager puertorriqueño Orlando Sánchez, quien había ganado ocho títulos como jugador y coach.

"Soy un creyente de los relevos generacionales y cuando se brinda la confianza a esa gente, regularmente se consolidan en sus puestos.

"Claro que es un orgullo...

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