Despertamos y el duopolio seguía allí

AutorDenise Dresser

El sexenio acaba y ni la Cofetel ni la Cofeco cumplirán su acuerdo de licitar nuevas frecuencias de televisión digital abierta. Y como lo señala la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (Amedi), esta omisión no puede considerarse fortuita. Ingenua. Accidental. No es resultado ni de criterios técnicos ni de argumentos económicos. Más bien la omisión revela cómo la política mata la regulación. Cómo los intereses de la televisión prevalecen sobre los intereses de la población. Cómo Televisa y Televisión Azteca logran capturar a los órganos regulatorios y ponerlos a su servicio. Ganando tiempo. Postergando decisiones. Consolidando el duopolio. Incrementando su inñuencia.

Felipe Calderón se va a Harvard dejando los poderes fácticos en la televisión peor de lo que los encontró. Su gobierno permitió que los dos únicos competidores se aliaran y fortalecieran sus intereses corporativos. Calderón se va como el presidente que más prebendas otorgó; como el mandatario que más privilegios consagró. Y ello en contradicción con la Declaración de Principios del propio PAN, que proclama airosamente: "El Estado debe regular los mercados para que los agentes económicos concurran a ellos y compitan en condiciones de equidad, y para evitar que el más fuerte imponga condiciones que terminen por destruir la competencia misma".

Pero las condiciones de equidad no se han promovido. Los imperativos de la competencia no se han impulsado. Al revés. El gobierno permitió la insólita alianza entre Televisa y Televisión Azteca, condicionándola a un acuerdo en el cual la Cofeco, la Cofetel y la Secretaría de Hacienda se comprometieron a publicar las bases y la convocatoria para licitar nuevas señales de televisión antes del 30 de noviembre de 2012. La fecha pasó y nada ocurrió. Y ello revela el error procesal en el cual se incurrió: lo correcto hubiera sido abrir a la competencia primero y permitir la fusión después. Ahora la fusión se ha dado, pero la licitación no. El incumplimiento del acuerdo institucional es criticable, inaceptable y revelador. Evidencia a un gobierno incapaz de cumplir los objetivos que desde hace años prometió. Desnuda a un gobierno doblegado.

Y opaco. Nadie sabe cuales han sido los pasos de diseño de las bases de licitación. Ninguno de sus elementos ha sido sometido al escrutinio y a la discusión pública. Ninguno de sus criterios ha sido evaluado de manera abierta y transparente. De allí la importancia de empujar un llamado a la Cofetel...

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