La descomposición

AutorHéctor Tajonar

El desprestigio acumulado de la actual administración ha hecho explotar la ira ciudadana en redes sociales, calles y carreteras de todo el país tras el gasolinazo. El mandatario remató el agravio con un desafortunado mensaje de año nuevo dedicado a justificar su decisión mediante argumentos falaces y medias verdades, utilizando el lenguaje corporal de un autómata.

Atribuyó la medida al aumento internacional del precio del combustible, pero omitió mencionar que siendo productor de petróleo México importa toda la gasolina que consume debido a la ineficacia y corrupción en Pemex. Mintió al decir que "el gobierno no recibirá ni un centavo más de impuestos por ese incremento", ocultando la grave crisis en que se encuentran las finanzas públicas del país, verdadero origen del alza. Mañosamente presentó la disyuntiva de suprimir el subsidio a la gasolina o eliminar cuatro meses de servicios del Seguro Social, dos años del programa Prospera o tres años del Seguro Popular, habiendo cancelado antes más de 9 mil millones de pesos en programas de Se-desol (Proceso 2097).

Al igual que los discursos vacuos del mandatario, la puesta en escena llamada Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía de la Familia fue recibida como una afrenta más, como otro engaño. A la usanza del priismo decrépito, los genios de la comunicación gubernamental improvisaron esa farsa con el ingenuo propósito de paliar la indignación nacional a base de generalidades y lugares comunes. Ninguna solución concreta del gobierno ni de sus comparsas, los representantes obreros, campesinos y empresariales. Corporativismo trasnochado e inútil.

El regalo presidencial de año nuevo causará una incontenible inflación, a pesar de la vana promesa de "evitar que el aumento en el precio de las gasolinas sea pretexto para incrementos injustificados en otros productos o servicios". Como siempre, los más afectados serán los sectores menos favorecidos de la población, incluida la depauperada clase media.

El hartazgo alcanza niveles de alto riesgo. La indignación ciudadana es resultado no sólo de la suspensión del subsidio al combustible sino de la impudicia política desbordada. El derroche de la casta política, salarios y prestaciones desmedidos para la alta burocracia, la falta de transparencia en el gasto de los gobernadores, el endeudamiento sin control, el desfalco del erario, la falta de crecimiento económico y, sobre todo, la corrupción e impunidad reinantes son las...

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