Descifrando a AMLO, el liberal

AutorAgustín Basave

Nuestros primeros liberales pusieron énfasis en el republicanismo y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, que quedaron plasmados en la Constitución de 1824. Sus sucesores completaron la obra en la Carta Magna de 1857, al separar el Estado de la Iglesia y garantizar la libertad de cultos. Bajo el liderazgo del principal referente histórico de AMLO, Benito Juárez, se logró la secularización de la cosa pública. En ambos casos, por cierto, se afectó accidentalmente a los pueblos originarios; primero porque el igualitarismo abstracto, esgrimido contra fueros y privilegios, llevó al exceso de acabar con escuelas y hospitales para indígenas, y después porque las tierras de sus comunidades fueron expropiadas junto con las propiedades eclesiásticas. Con todo, más allá de ese grave pero involuntario daño colateral, la libera-lización fue el hilo progresista de nuestro devenir decimonónico.

Pese a su devoción juarista, sin embargo, yo no aprecio que el credo del líder de la cuarta transformación esté emparentado con esa versión del liberalismo. AMLO rechaza el trato igual a los desiguales y, aunque ignoro si ha participado en la masonería, está sin duda muy lejos de ser anticlerical; no es, en suma, un liberal en la tradición mexicana. Esta apreciación no es un anacronismo, porque entre nuestros políticos e intelectuales de hoy abundan los jacobinos, y de hecho algunos de ellos lo han criticado justamente por considerar que en el deslinde de sus creencias religiosas y su papel como estadista no es suficientemente claro. De los rasgos ideológicos que señalan los estudiosos del liberalismo del XIX en México -Hale, por ejemplo- AMLO comparte aquellos con los que prácticamente ningún mexicano, de izquierda o de derecha, discrepa en la actualidad.

Cierto, todos tenemos ideologías eclécticas, empezando por quienes nos asumimos socialdemócratas. AMLO posee los ideales del socialismo utópico, el binarismo marxis-ta, el instinto populista, el atavismo del nacionalismo revolucionario y sí, también el influjo liberal, pero de un corte distinto al que él concibe. Para encontrar el que realmente profesa hay que recurrir a Bobbio: "[liberalismo] significa individualismo; y por individualismo no se entiende sólo la defensa radical del individuo, único y solo protagonista de la vida ética y económica contra el Estado y la sociedad, sino también la aversión a la existencia de cualquier sociedad intermediaria entre el individuo y el...

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