Descarrilamiento educativo

AutorAxel Didriksson

Donde el magisterio disidente está más organizado -como en Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Jalisco, Veracruz, Morelos o Zacatecas-, la aplicación de la normatividad mediante la cual se realizará la evaluación universal para distribuir las nuevas plazas docentes u organizar un elemental sistema de información, no podrá realizarse, o bien se hará de forma parcial, en medio de constantes descalificaciones y disputas. El conflicto magisterial se radicalizará y extenderá por varios estados y el DF, mermando las posibilidades de que el magisterio sea controlado por la vía laboral. En el imaginario de la SEP, para 2018 el 100% de las plazas docentes serán contratadas por concurso de oposición, cuando de antemano debiera reconocerse que esto no podrá ocurrir.

La presidenta de la Junta de Gobierno del INEE, Sylvia Schmelkes, con mayor objetividad, ha declarado recientemente que este organismo no podrá alcanzar las metas que se propuso ni las que están en su normatividad, debido a la falta de recursos, y, con seguridad, pensando en la problemática que se vive, señaló que se harán grandes esfuerzos pero que el tren en marcha tendrá que ir bastante más lento para no descarrilarse.

Con la centralidad en la toma de decisiones económicas y políticas por parte de la SEP, que contradice de entrada su objetivo prioritario de "poner en el centro a la escuela misma", la negociación salarial, solapada por el SNTE, agudizará los conñictos cuando se confronte con lo alcanzado desde hace décadas por sindicatos locales o estatales, es decir, cuando determinadas conquistas o hasta prebendas, usos y costumbres se vean deshilvanados porque el gobierno federal invade todas las atribuciones que estaban en manos de las representaciones locales. El modelo Michoacán se ha extendido al sector educativo.

Los más preocupados, no obstante, son los directores y el personal académico que están al frente de las instituciones de educación media superior y superior. Porque teniendo que afrontar el problema del enorme rezago y deses-colarización (la tasa de abandono escolar en la educación media superior es la más alta del sistema: 60%), se quiere imponer un esquema tipo "europeo" de "marco curricular común", dentro de un "Sistema Nacional de Bachillerato", para las instituciones federales y estatales, en donde no está involucrado el bachillerato de las universidades públicas ni privadas (que concentran la gran mayoría de la población en el nivel, con más de 85% de la matrícula total)...

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