Desarrollo vs conservación en la región de los Chimalapas

AutorMaribel Hernández Arango
Cargo del AutorLicenciada en Planificación para el Desarrollo Agropecuario por la fes Aragón, unam
Páginas233-249
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INTRODUCCIÓN
Después de la década de los setenta, al menos en el discurso, se trató de
conciliar el binomio conservación y desarrollo, con base en ello aún exis-
ten, principalmente, dos corrientes contrarias pero fundamentales para
explicar el proceso que dio origen al Desarrollo Sustentable (DS).
La corriente ecologista conservacionista, que tiene sus raíces en el
pensamiento naturalista del siglo XIX. Su propuesta se basa en crecimien-
to económico y poblacional cero, pues sus raíces se fundamentan en la
teoría malthusiana, que trata sobre la excesiva presión que ejerce la po-
blación (explosión demográfica) y sobre la escasez de recursos naturales.
Bajo esta concepción, surge la postura de proteger y crear instrumentos
con medidas estrictas de regulación, que otorguen derechos de propiedad
a los recursos con acceso abierto, ya sea mediante decretos gubernamen-
tales o bien bajo privatización y, así, evitar en lo posible la tragedia de los
comunes.
Por otro lado, prevalece la visión antropocéntrica y desarrollista que no
acepta, en gran medida, los límites que impone la naturaleza a la economía
y que estos técnicamente pueden ser sustituibles. En ese sentido, la pobre-
za es el enemigo a vencer y no el deterioro de los recursos naturales; en
otras palabras, para lograr la conservación es condición necesaria el com-
Desarrollo
vs
conservación
en la región de los Chimalapas
Maribel Hernández Arango*
*Licenciada en Planificación para el Desarrollo Agropecuario por la FES-Aragón, UNAM,
Maestría en Economía, en el área de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable por la misma
escuela. Actualmente es Asistente de Enlace de la Academia de Cultura Científica y Humanísti-
ca de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, lebiram_8@yahoo.com.mx
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Maribel Hernández Arango
bate a la pobreza y ésta sólo puede darse a través de la transformación y
dominio sobre la naturaleza.
Luego entonces, es el DS el que trata de conciliar y fusionar estas dos
corrientes apoyándose en tres ejes fundamentales: el crecimiento econó-
mico, la equidad distributiva y la sustentabilidad ambiental o ecológica. Sin
embargo, aunque su postura es neutral, en la práctica los actores e institu-
ciones que trabajan bajo la estructura del DS terminan privilegiando una de
las dos corrientes anteriormente descritas. En ese sentido, el objetivo
del presente documento es analizar la disputa entre los planes de desarrollo y
conservación en la región de los Chimalapas en la última década del siglo XX
y principios del actual.
LA REGIÓN DE LOS CHIMALAPAS
El territorio de los Chimalapas está ubicado dentro y al oriente del estado
de Oaxaca; conformado por dos municipios que son al mismo tiempo dos
comunidades agrarias; Santa María Chimalapa, y San Miguel Chimalapa, con
una superficie de 460 mil y 134 mil hectáreas respectivamente. Ancestral-
mente la zona ha sido habitada por el grupo étnico Zoque, que regional-
mente se autodenominan como chimas (veáse mapa 1).
Los dos municipios en conjunto se denominan generalmente como los
Chimalapas, lo señala Bravo (2002), la selva o territorio Chima y sus habi-
tantes son conocidos como los Chimas. De igual forma, los campesinos
foráneos que se asentaron en la región de Chimalapas durante las últimas
décadas también se autodenominan Chimas frente a los actores externos,
sean indígenas o no; pero, internamente quedan claras las fronteras entre
los Zoques Chimas reconocidos como descendientes originales de los an-
tiguos pobladores y los otros, que no lo son.
Los Chimalapas forman parte de una las regiones naturales prioritarias
de México, identificada por las instituciones ambientales como el corazón de La
Selva Zoque, la cual está constituida como un gran macizo forestal de
bosques y selvas, integrada por El Uxpanapa, Veracruz, El Ocote, Chiapas y
los Chimalapas, Oaxaca; que en su conjunto abarcan una superficie de un
poco más de un millón de hectáreas. Sin embargo, los especialistas aseguran
que existe un gran riesgo de que al fragmentarse este territorio se está po-

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