Los derechos de los radioescuchas

AutorBernardo Barranco V.

Dos preguntas surgieron de inmediato: ¿Por qué de manera súbita exige una exclusividad no aplicada en los, por lo menos, 15 años anteriores? Llevo lustros colaborando en decenas de programas radiofónicos y otros colegas del Grupo hacen lo mismo, por lo que es una sospechosa formalidad de celo profesional repentino que menoscaba los derechos laborales. Y la segunda cuestión: ¿Por qué tanta reticencia en participar en el noticiero de Carmen Aristegui? Será sólo una cuestión comercial o que ambos hemos sido críticos implacables de Marcial Ma-ciel y sus Legionarios de Cristo, tan apreciados por el señor Aguirre.

La segunda sentencia de Carlos fue una advertencia directa: "Tú decides. Si te vas allá, no podrás participar ya con nosotros". Mi respuesta fue casi instintiva: "Me colocas en una disyuntiva muy delicada porque afectas mi actividad profesional. Tendré que pensarlo". Ahí mismo lo había decidido: Iba a cruzar la línea, estaba entusiasmado en participar en el programa de Carmen Aristegui.

Un comunicador radiofónico -nos decía José Gutiérrez Vivó- debe ser entendido tanto por personas simples que abordan las combis como por los sofisticados y chocantes intelectuales. "De los políticos, ahí no hay nada que hacer porque esos nunca entienden nada", remataba con su sarcástico humor. Gutiérrez Vivó, con olfato, y Alicia Ibargüengoitia, con generosidad, me animaron a construir Religiones del Mundo en 1995, cuando aún era un tema tabú, especialmente en los medios electrónicos.

En aquellos años la gente que pertenecía a Radio Red -conductores, operadores y técnicos- se sabía en la punta del periodismo en la radio. No sólo Monitor era el noticiero más influyente del cuadrante sino que Radio Red era la oferta hablada más atractiva por la variedad de temas y solidez de conductores y comentaristas de entonces, como Ikram Antaki, Patricia Kelly, Cario Coccioli, Jaime González Graf, Enrique Krauze, Sara Sefchovich, entre muchos otros.

Después de la venta de Radio Red a los Aguirre, la estación no sólo ha dejado de "marcar el paso en la radio" sino que arrastra desde hace años una profunda crisis de identidad. Muchos empleados del grupo, salvo los sindicalizados, no reciben aumento de salario desde hace más de siete años; en mi caso, desde hace 15. Los honorarios se han convertido en simbólicos y los utilizo para pagar un asistente y tener así un apoyo en la producción de las emisiones. Es decir que he subsidiado desde hace 10 años el programa Religiones...

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