Deportistas-esclavos

AutorRaúl Ochoa

Promotores y empresarios del boxeo se valen de prácticas ilegales en perjuicio de los peleadores, muchos de ellos víctimas no sólo de la voracidad de autoridades y organismos deportivos, sino hasta de su propia ignorancia.

Documentos consultados por Proceso indican que no obstante las millonadas ganancias generadas por los pugilistas, los empresarios no le rinden cuentas a nadie y evaden su responsabilidad con el Instituto Mexicano del Seguro Social, e incluso con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

En algunos casos los derechos y garantías individuales de los boxeadores son vulnerados mediante contratos a perpetuidad que incluyen cláusulas de "extensión" o "prórrogas" aplicadas de manera automática, a voluntad de los apoderados.

En ocasiones ni siquiera la obtención de un título mundial le bastará al peleador para zafarse de sus grilletes. Por el contrario, al ceñirse la corona universal el promotor "prorroga la vigencia del contrato de manera unilateral hasta por cinco años".

Se trata de convenios leoninos firmados fuera del reglamento y "de por vida", y con base en los cuales el boxeador le otorga a su representante "poder especial amplio" con el que éste adquiere el derecho de dirigir su vida deportiva.

Los promotores son los únicos autorizados para cobrar las grandes bolsas que ganan los boxeadores. Incluso pueden "negociarlos" sin que el interesado tenga derecho a elegir o dar su consentimiento. Hay casos en los que a la muerte del representante su familia "hereda" los derechos sobre el púgil.

El "contrato de presentación de promoción exclusiva" que firman el deportista y su representante no puede registrarse ante la Comisión de Box Profesional del Distrito Federal porque viola el reglamento del organismo. Sin embargo, estos convenios son los que rigen actualmente en el pugilismo nacional, en el que los boxeadores son obligados a firmar una carta de responsiva para casos como el que considera la cláusula 3: "Que (el peleador) entiende y reconoce que el boxeo profesional es un deporte peligroso que puede resultar con lesiones físicas severas".

La cláusula 4 exime a los promotores de cualquier responsabilidad, pues establece que "el boxeador acepta todos los riesgos asociados con el deporte del boxeo profesional y no hace responsable a la empresa de cualquier daño de índole física que sufra a consecuencia de sus peleas".

En los contratos a los que este semanario tuvo acceso, se estipula que "el peleador se obliga a portar y...

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