Los deportados de Maduro

AutorRafael Croda

BOGOTÁ.- Las retroexcavadoras se enfilaron contras las viviendas de ladrillos marcadas con la "D" de "demolición", y las volvieron escombros en tres minutos. Sus moradores, quienes ya habían sido sacados por la fuerza, perdieron muchas de sus pertenencias en la operación. Mujeres, niños y hombres adultos fueron formados en fila por militares, quienes hoscamente les pidieron sus documentos. A los inmigrantes indocumentados les ordenaron que se marcharan del país y, como si se tratara de delincuentes, los escoltaron hacia la frontera.

La escena no ocurrió en la Franja de Gaza ni eran soldados de Israel reprimiendo a refugiados palestinos. La destrucción de viviendas y las deportaciones masivas tuvieron lugar en Ureña y San Antonio, Venezuela, poblaciones fronterizas con Colombia, por órdenes del presidente venezolano Nicolás Maduro.

En esa conflictiva zona limítrofe, la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), parte de las Fuerzas Armadas de Venezuela, expulsó en la última semana, sin proceso legal o administrativo alguno, a más de mil 100 colombianos que llegaron al país vecino cruzando a pie con sus familias el limítrofe río Táchira. Más de dos terceras partes eran mujeres y niños.

"Me sacaron como a un perro, no me dejaron traer nada", le dijo Luisa Olaya, una de las deportadas, al presidente colombiano Juan Manuel Santos.

La operación de la GNB, denunciada como una violación a los derechos humanos por la Iglesia católica y organismos no gubernamentales, provocó además el éxodo de 6 mil inmigrantes colombianos que, ante el miedo de ser deportados con violencia, optaron por regresar a su país.

De inmediato la oposición venezolana denunció el hecho como un intento de Maduro para desviar la atención de los graves problemas económicos internos y para crear condiciones que pongan en duda la realización de los comicios legislativos programados para el próximo 6 de diciembre, en los cuales todos los sondeos auguran una derrota del oficialismo.

Y mientras en Caracas se agitaba el debate político, en la zona fronteriza se producía una masiva repatriación que no tiene precedente en la historia colombo-venezolana.

Humildes familias de migrantes llegabán a Colombia cargando a hombros los pocos enseres que pudieron rescatar, mientras Maduro decretaba el "estado de excepción" en seis municipios del fronterizo estado de Táchira para "restablecer el orden, la paz, la tranquilidad y la justicia".

Además, cerró los pasos fronterizos con Colombia y designó al general Carlos Alberto Martínez "jefe único" de los municipios que abarca la zona de excepción, con lo cual esa región del occidente venezolano quedó militarizada.

Maduro, quien en junio pasado llamó "bandido" al precandidato republicano estadunidense Donald Trump por denostar a los inmigrantes mexicanos, justificó la expulsión de colombianos con el argumento de que se trata de un combate al "modelo capitalista paramilitar de la derecha colombiana" que "pudrió" la frontera.

De acuerdo con esta tesis, paramilita-res colombianos de extrema derecha que combatieron a las...

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