Un debate indispensable

AutorOlga Pellicer

Esa opinión no es generalizada. Por el contrario, para muchos las leyes secundarias son las que permiten valorar el alcance y características de una de las reformas constitucionales de mayor trascendencia para la vida del país. Analizarlas y debatirlas no tiene el objetivo de obstaculizar y oponerse a la reforma constitucional que ya ha sido aprobada. Se trata de averiguar cómo se va a im-plementar la misma y hasta dónde las leyes secundarias son congruentes con algunos de los objetivos en los que más se ha insistido, como la transformación de Pemex en una industria competitiva a nivel internacional, o el uso más racional de las riquezas del país y el fortalecimiento de la rectoría del Estado.

Para empezar, es necesario distinguir entre la mercadotecnia utilizada para la presentación de las leyes y la necesaria jerarquización de éstas, así como la identificación de sus aspectos más relevantes. Los voceros oficiales se han empeñado, por una parte, en prometer crecimiento económico, empleos y reducción en los precios de gas o electricidad; por la otra, en destacar los aspectos políticamente más atractivos del paquete legislativo, como son el hecho de que se cuenta ahora con una Agencia de Seguridad Ambiental, con disposiciones para el uso de energías alternativas como la geotermia, con mecanismos para asegurar la transparencia y el fin de la corrupción, y con un Fondo Petrolero para financiar los rubros que contribuirán al bienestar de las próximas generaciones.

Falta desde luego hacer el análisis y constatar, por ejemplo, que las leyes en materia de energías alternativas nos encaminan hacia su fortalecimiento. Los primeros comentarios de los expertos señalan una serie de omisiones que difícilmente permiten afirmar que va en serio la tarea de convertirlas en sector fundamental del desarrollo energético del país. Es notorio, entre otros puntos, que la geotermia sólo puede contribuir tangen-cialmente a la satisfacción de necesidades energéticas y que no se menciona la energía nuclear que, en otras partes del mundo, como Estados Unidos, Japón, China o la India ocupa un lugar relevante.

En todo caso, a nadie escapa que el meollo de la reforma no son las energías alternativas, sino todo lo relativo a la exploración y explotación de los hidrocarburos. Allí se encuentra la riqueza más importante con que cuenta el país; allí reside la posibilidad de que, a partir de un nuevo paradigma para su exploración y explotación, México pueda alcanzar mayor...

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