Curiosidad infantil: Aprenda a lidiar con los 'por qués'

AutorGerardo Ochoa

Desde el nacimiento comienza la gran aventura por descubrir. Los ruidos del cuarto, el olor de la comida, la voz de sus padres, estimulan al bebé a conocer lo que hay fuera de sí mismo. A las pocas semanas, su curiosidad, que inicialmente se limitaba a la madre y la cuna, pronto incluye al padre, la habitación, los hermanos y parientes.

En esta etapa los estímulos para conocer son casi gratuitos. El arrullo, la mera cercanía de mamá, el canto y el afecto hacen al bebé sentirse seguro. Esa sensación de protección es plataforma indispensable para continuar conociendo el mundo. Con los primeros pasos, el horizonte se amplía, surgen otras emociones y nuevos retos.

Esta etapa es crítica en el desarrollo de la curiosidad del niño. Nada la estimula mejor que el juego, ya que a través de éste el niño descubre relaciones entre objetos y personas, y si recibe apoyo en forma de seguridad, aliento e interés, continuará explorando su mundo.

Si, por el contrario, obtiene burlas, comentarios despectivos o condescendientes u otras agresiones, su interés en el entorno disminuirá.

No mucho después aparece el lenguaje. Casi de inmediato, los pequeños convierten en palabras lo que antes guardaban para sí. La posibilidad de elaborar preguntas los acompañará durante una etapa transitoria del desarrollo, llamada la edad de los "por qués".

"¿Por qué...?" es el inicio favorito de las frases del niño que ya habla con soltura. A partir de los dos años y medio y hasta los cuatro, muchas conversaciones interactivas con mayores iniciarán con estas dos temidas palabras. Temidas, sí, pues hay que dar respuesta a como dé lugar.

A responder

Enfrentar la avalancha de preguntas no es fácil, y requiere de paciencia. Serénese y analice qué hay detrás de los cuestionamientos del niño, después responda con soltura. Si le son de utilidad, tome en cuenta estas premisas.

¿Cuál es la pregunta?

Recuerde que el pequeño tiene un lenguaje aún limitado y su capacidad de elaborar preguntas y conceptos se circunscribe a su experiencia. Antes de responder, explore qué le está preguntando en realidad, antes de dar, sin querer, una respuesta equivocada.

¿Qué responder?

Todo, aún los temas difíciles. Si los pregunta y usted no contesta, creará las respuestas en su fantasía. Enséñelo, sin embargo, a ser prudente y oportuno.

Aliéntelo a reflexionar.

Sí, el niño pequeño es capaz de reflexionar. Si la pregunta no es muy específica, a veces responda al niño "¿tú qué piensas al respecto?" y ayúdelo a...

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