La OFA cumple 13 años

AutorMauricio Rábago Palafox

Nadie creyó en un principio en este proyecto. ¿Una orquesta sinfónica en Acapulco? ¿A quién le va a interesar? A los lugareños desde luego que no; ¿al turismo?, ¡menos, es una locura! Trece años después la OFA se ha consolidado en una hermosa realidad, más allá de partidos políticos, de sexenios, de gobernadores, es una sólida institución de cultura y beneficio social. El 70 % de sus conciertos los realiza fuera de Acapulco, en los municipios guerrerenses y en comunidades donde nunca había llegado una sinfónica.

“Sólo a dos municipios no hemos podido llegar: a Metlatónoc ni a Cochoapa”, comenta para Proceso el maestro Eduardo Álvarez, porque los caminos de terracería –añade– no permiten el paso a los camiones de la orquesta. Siempre actuamos con teatro lleno, tenemos muchas grabaciones y un público ávido que acude fielmente cada viernes a los conciertos. Hemos tocado desde el prebarroco hasta música contemporánea, folclor del estado de Guerrero, música popular mexicana, hemos hecho ópera y ballet con todas las de la ley, conciertos para solistas y orquesta, obras con gran coro y orquesta, Beatles, tango, ¡de todo! Y sin duda mil conciertos en sólo 13 años es un récord y la prueba de un trabajo muy duro.”

En México se han dado casos de orquestas que se fundan bajo la protección de un gobernador o del presidente de la República, y cuando termina el mandato de éste, la orquesta desaparece, o sigue pero con otro director, lo cual es en cierta forma volver a empezar, alterar la continuidad. No ha sido el caso de la OFA, que ha tenido una continuidad asombrosa.

A Eduardo Álvarez la música le brota hasta por los poros: en 1970 se recibió como acordeonista en la Escuela de Música de la UNAM...

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